El 15 de agosto pasado, la ANUIES entregó al presidente electo un documento que contiene la visión de las instituciones de educación superior hacia el año 2030, como una aportación para el desarrollo. México transita hacia realidades inéditas, tanto internas como externas, y, frente a ese vértigo de cambio, necesita la guía de un orden institucional que haga propicio un rumbo favorable para el bienestar de la población, no sólo en términos de crecimiento económico sino de una justicia social que suprima tantas desigualdades entre los mexicanos.

El punto de partida de la propuesta consiste en un primer lineamiento referido a la necesidad de una mejor gobernanza del sistema de educación superior. En buena medida, los problemas de la generación de conocimiento y de la formación de capital humano tienen que ver con la necesidad de fortalecer la capacidad del sistema educativo para conducir decisiones que respondan a políticas públicas en la materia, de ahí que en el documento se propone la creación de un marco normativo y un nuevo diseño estructural para la integración de un sistema nacional que propicie la coordinación entre los diversos órdenes de gobierno y los subsistemas de educación superior, a fin de promover una mayor calidad de las universidades en favor de la movilidad de estudiantes, académicos e investigadores.

Esto debe enmarcarse en una clara determinación de las instituciones de educación superior para fortalecer sus políticas de complementariedad, a fin de asegurar un balance en el desarrollo regional que no sólo equilibre su oferta educativa sino, sobre todo, que promueva un nuevo balance entre las instituciones más fuertes y consolidadas con aquellas que trabajan con menos recursos en zonas de mayor vulnerabilidad social. La educación superior que demanda México debe ser más equitativa, amplia y pertinente, así como orientarse hacia un enfoque de desarrollo que permita romper viejos esquemas de desigualdad entre el norte y el sur-sureste.

Las principales instituciones educativas se ubican en el norte y el centro del país, con lo cual también se concentra la creación de capital humano en esas zonas. Para impulsar el equilibrio regional es indispensable enfocar el esfuerzo de formación profesional en el sur-sureste, de manera que en éste se pueda generar un despliegue educativo con una vocación acorde con los recursos y capacidades de esa área de México, por lo demás rica en energía, producción de alimentos y estratégica en materia de patrimonio ambiental, forestal y, desde luego, cultural. Es imperativo construir ahí un andamiaje articulado y funcional, con instituciones de educación tecnológica, sin descuidar las humanidades, que permita potenciar la creación intensiva de un capital humano con fortalezas en las ciencias aplicadas y en las nuevas tecnologías.

Este primer lineamiento se conjuga, y así se propone en la visión 2030 de la ANUIES, con los otros cuatro elementos relacionados con la necesidad de ampliar la cobertura con equidad y calidad, mejorar la calidad de la educación superior, el ejercicio pleno de responsabilidad social y certeza jurídica y presupuestal para las instituciones de educación superior.

En próximas entregas nos referiremos a ellos de manera puntual, a fin de ofrecer un panorama de la proyección institucional de la ANUIES en estos tiempos de cambio profundo, en que las universidades son elemento primordial para consolidar una sociedad justa y democrática.

Visión y acción 2030. Propuesta de la ANUIES para renovar la educación superior en México:

https://visionyaccion2030.anuies.mx


Secretario general ejecutivo de la ANUIES.
@ jaimevalls

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