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Uno de los 5 ejes de transformación del documento Visión y Acción 2030, Propuesta de la ANUIES para renovar la educación superior en México, plantea que las instituciones de educación superior en el ejercicio pleno de su responsabilidad social buscarán una mayor vinculación e involucramiento con la solución de los problemas del desarrollo regional. Un elemento de vital importancia es asegurar la pertinencia de los servicios educativos que ofrecen y la congruencia entre la oferta educativa y las necesidades del desarrollo local.
Recientemente, la Alianza para la Formación e Investigación en Infraestructura para el Desarrollo de México (Alianza FiiDEM), con el apoyo del Conacyt, concluyó un estudio prospectivo a 2025 de la oferta y demanda de 17 carreras de ingeniería en México a nivel nacional, regional y estatal; el cual incluyó una revisión sobre las acreditaciones de calidad de los programas académicos de ingeniería. Los resultados indican algunas tendencias preocupantes.
En el ciclo 2018-2019, 274,517 estudiantes de primer ingreso seleccionaron una carrera de ingeniería lo que equivale a 24.6% de la matrícula de primer ingreso. El estudio señala que de la oferta de programas de ingeniería, sólo 20% cuenta con alguna acreditación de calidad y en términos de matrícula, únicamente 46% está inscrita en programas acreditados.
Un segundo reto es la baja tasa de eficiencia terminal. En 2017, solo 57% de los estudiantes que ingresaron en 2012, concluyeron sus estudios. Mecatrónica es la ingeniería con mayor eficiencia terminal (81%), mientras Materiales, Ciencias de la Computación y Energía muestran tasas de 47, 43 y 29% respectivamente.
El tercer el reto es la empleabilidad. En 2018, únicamente 76% de los ingenieros contaba con un empleo formal, con Baja California Sur, Nuevo León y Jalisco con los mejores índices y Coahuila, Tlaxcala y Tabasco con los menores índices. Por otra parte, a partir de 2013 ha habido una disminución en el sueldo promedio de los ingenieros, teniendo su pico más bajo en 2014 y con tendencia a la baja en 2017 y 2018, situándose en $12,682 mensuales con amplias variaciones entre ingenierías y entidades federativas.
Utilizando cuatro escenarios, el estudio muestra un análisis comparativo de la oferta y demanda de ingenieros en 2025, con resultados poco alentadores, pues en todos ellos habría una sobreoferta de 800 mil ingenieros, que motivará que muchos estén desempleados. Las ingenierías industrial y mecatrónica mostrarían un exceso de oferta sumamente elevado, mientras que la de tecnologías de la información y comunicación aparece como la única carrera que podría tener resultados favorables. El análisis por región y entidad muestra a su vez que en todas las regiones habrá una sobreoferta de ingenieros, mientras que solamente en 8 de las 17 disciplinas se tendría un déficit en al menos una región del país en alguno de los cuatro escenarios.
Uno de los aspectos que las políticas públicas tendrán que atender es alcanzar acuerdos, construir mecanismos y consensuar instrumentos que permitan una planeación efectiva de la oferta educativa, a fin que no sólo atienda criterios de calidad y pertinencia, sino que refleje una mejor coordinación y mayor capacidad de respuesta ante las dinámicas ocupacionales de los sectores social y productivo.
El estudio se encuentra en http://www.alianzafiidem.org/estudio-regionalizado-de-pertinencia-CONACYT-FiiDEM.html
Secretario general ejecutivo de la ANUIES