Ante la noticia del fallecimiento de la gobernadora Martha Érika Alonso y del senador Rafael Moreno Valle, el hashtag #AMLOAsesino se convirtió en tendencia en twitter a las pocas horas del suceso. Algunos usuarios denunciaron la intervención de bots en la generación y esparcimiento de mensajes que incluían dicho hashtag para provocar su popularidad. Esta no es la primera ocasión en que se señala la intervención de cuentas falsas para el esparcimiento de mensajes políticos.
Aunque las redes sociales ofrecen oportunidades de organización y de divulgación de conocimiento, también pueden ser utilizadas para esparcir información falsa, promover noticias tergiversadas y manipular las opiniones políticas de las personas, fenómeno conocido como propaganda computacional (término acuñado por los investigadores Samuel C. Woolley y Philip N. Howard).
Lo problemático de la propaganda computacional es que funciona a través del anonimato, la escalabilidad y la automatización de mensajes con un fin político. Una compañía, un partido político, un grupo de personas o incluso organizaciones gubernamentales pueden estar detrás de estos intentos para manipular la información que se difunde (a las personas interesadas en estos temas recomiendo el libro Computational Propaganda, editado por Woolley y Howard). Considero que es urgente comenzar a analizar este fenómeno con seriedad, por lo cual señalaré algunos aspectos y artículos para comprenderlo mejor.
Las noticias falsas se venden y se viralizan. Durante las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, se detectó la difusión de noticias falsas generadas por empresas que obtenían considerables ganancias a través de los anuncios desplegados en sus artículos. Es importante reconocer que las noticias falsas se han convertido en un negocio redituable, que son generadas por varios actores y que la labor de periodistas y medios de información resulta indispensable para contrarrestar este fenómeno. Respecto a este punto, recomiendo el trabajo del instituto de investigación Data&Society sobre manipulación mediática.
Otro fenómeno que resulta indispensable comenzar a analizar con profundidad es la existencia de empresas que venden, como servicio, la viralización de temas o contenidos a través del uso de bots. Respecto a este punto recomiendo revisar el material: “Social Media, Political Polarization and Political Disinformation: A Review of the Scientific Literature”, así como el reportaje “Meet Mexico’s King of Fake News”.
Las noticias falsas se esparcen con mayor rapidez. Según un estudio del MIT (“The spread of true and false news online”), las noticias falsas se difunden más rápidamente y con un mayor alcance que las verdaderas. Según este estudio, las noticias verdaderas tardan 6 veces más en alcanzar a 1,500 personas que las noticias falsas. De igual forma las noticias falsas son 70% más retuiteables que las verdaderas. De las historias falsas analizadas, las más compartidas trataban sobre temas de política.
Es indispensable entender que la propaganda computacional puede ser utilizada por cualquier persona, ideología, grupo político y que ningún usuario está exento de poder ser manipulado o desinformado. Aunque no existen respuestas fáciles para contrarrestar y regular este fenómeno, es importante comenzar a investigarlo para idear formas de denunciarlo, enfrentarlo y aminorarlo.
Directora ejecutiva de Impunidad Cero