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Leí la columna de Edna Jaime publicada el viernes pasado en el periódico El Financiero. En su texto se cuestiona lo que plantea en su título ¿Puede AMLO reconciliarse con el Sistema Nacional Anticorrupción? Y aunque no responde con un sí o un no, concluye diciendo que “sin liderazgo presidencial será difícil que esto funcione. Y el presidente no parece dispuesto a apoyar este modelo.”
Edna, junto con otros ocho personajes, integra —y ella preside— la Comisión de Selección de los miembros del Comité de Participación Ciudadana del SNA. José Luis Caballero, Cynthia Patricia Cantero, María Elena Morera, Antonio Carlos Gómez, Sergio López Ayllón, Viridiana Ríos, Juan Pardinas y Pedro Salazar fueron seleccionados hace tres años por el Senado de la República para integrar esta Comisión y concluye su encargo el 18 de octubre de este año, con lo que el Senado deberá elegir a los 9 nuevos integrantes antes de esa fecha, a través de convocatorias a las instituciones de educación superior y de investigación, de las cuales deberán surgir cinco miembros, así como a las organizaciones de la sociedad civil especializadas en materia de fiscalización, rendición de cuentas y combate a la corrupción, para seleccionar a los cuatro restantes. Para lograr la conformación de la nueva Comisión en tiempo, el Senado deberá lanzar la convocatoria inmediatamente después de iniciado el periodo ordinario de sesiones el 1 de septiembre.
Pero las cosas han cambiado, por eso Edna se hace algunas preguntas en su texto, al que sumaré algunos comentarios.
1. Desde la llegada del presidente López Obrador al gobierno, la función y la relación de la sociedad civil con el poder cambió radicalmente, de golpe. En los gobiernos anteriores, ejerció un poder de legitimación e incluso de contención que hoy no tiene. Peor aún, hoy la sociedad civil es denostada por el propio por el gobierno y no ha encontrado aún su espacio.
2. Durante el gobierno de Peña Nieto fue creado el SNA; fue diseñado e impulsado por esa sociedad civil, sin embargo, el entusiasmo por su integración fue disminuyendo entre lo políticos y las autoridades, y tanto el Poder Ejecutivo como el Senado lo abandonaron y dejaron acéfala la fiscalía anticorrupción hasta hace tres meses y sin magistrados especializados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, hasta la fecha.
3. La toma de decisiones se ha centralizado aún más, muchos de los miembros del gabinete de AMLO no tienen ni voz ni voto. Algunos nombramientos clave se han llevado a cabo sin tomar en cuenta las mejores prácticas internacionales, no hay transparencia de datos, información ni procesos.
4. Siguen sin concretarse los nombramientos de los magistrados anticorrupción, por el contrario, la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal intenta postergar la orden judicial de apurar su nombramiento que se dictó producto de un amparo que ganó el CPC.
5. No hay ninguna señal del gobierno de AMLO que nos permita suponer que se acogerá al SNA como la instancia encargada de combatir la corrupción. Todo lo contrario, la secretaria de la Función Pública, desde su toma de protesta, ha denostado el trabajo del Sistema en diversas ocasiones, específicamente en el caso de los formatos de declaración patrimonial y de intereses, a tal nivel que ahora se cocina en sus oficinas la creación de “consejos de honestidad regionales” que, como están planteados, menoscabarían las funciones y sentido de los comités de participación ciudadana locales que tanto han luchado por integrarse y sostenerse.
Tal parece que el SNA no será la instancia clave para prevenir, perseguir y castigar la corrupción durante este gobierno, aunque hay que decirlo, aún no se ve cuál sí será, la más cercana hasta el momento es la Unidad de Inteligencia Financiera de Santiago Nieto. Estamos volviendo al pasado, la idea del SNA de coordinar instituciones y crear vasos comunicantes para una eficaz lucha contra la corrupción no parece tener asidero político actualmente.
En las próximas semanas deberá haber señales inequívocas de que el SNA sigue con vida. La aprobación de la política nacional anticorrupción que fue entregada a todos los miembros del Comité Coordinador, será una de ellas.
Presidenta de Observatel,
profesora de la UIA,
miembro del Comité de Participación Ciudadana del SNA.
Este artículo refleja su posición personal.
@soyirenelevy