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A los pies de la montaña Kronplantz en la provincia italiana del Tirol, se encuentra el hotel Hubertus. No es solo su combinación entre arquitectura moderna y tradición lo que lo hace resaltar, sino su impactante alberca semiolímpica que sobresale 17 metros delante del hotel.
Y si darte un baño en una piscina que parece flotar te parece poco, no te olvides de dar una mirada 12 metros hacia abajo desde la abertura de cristal que tiene en el fondo. Toda la estructura se sostiene con grandes troncos de árboles alerces, los cuales también decoran el resto de la fachada del recinto.
La alberca no tiene bordes que obstruyan la visión del paisaje montañoso de las Dolomitas, solo una pequeña elevación que funciona como barrera. A los extremos hay una pared de vidrio en ángulo que ayuda a contener el agua de posibles desbordes.
Se eligió piedra de color gris para la estructura exterior de la piscina con la intensión de que aparente ser parte de las montañas que la rodean. Los huéspedes tendrán la sensación de estar flotando en el aire.
La construcción de esta atracción es parte de la tarea de remodelación del estudio de arquitectura Noa en el hotel Hubertus. El hotel cuenta con 16 habitaciones, una nueva área de cocina, restaurantes y una nueva fachada curva.