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La ciudad alemana de Hamburgo recibió hoy con júbilo la llave de la Filarmónica del Elba, un espectacular complejo de salas de conciertos enclavado en el puerto con el que aspira a hacerse un lugar en el mapa de la música y la arquitectura de Europa.
La constructora germanoespañola Hochtief y los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, autores entre otros del Estadio Nacional de Pekín y del Caixa Forum de Madrid, hicieron entrega del imponente edificio ubicado en la antigua zona franca del puerto convertida en modernísimo barrio de oficinas y viviendas.
"Es un momento muy emocionante para nuestra ciudad, al que están ligadas muchas esperanzas. Los tiempos difíciles llegan a su fin", celebró el alcalde de la ciudad-Estado, Olaf Scholz.
"Estamos muy felices y agradecidos. Felices porque el edificio que pensamos y en el que trabajamos durante 15 años está listo y porque sentimos que la gente de Hamburgo ya lo quiere. Pensamos que cumple con todos los requisitos para ser parte del ADN de esta ciudad", se felicitó el arquitecto Jacques Herzog.
"Es un gran logro en materia de tecnología, ingeniería y construcción en el que colaboraron cerca de 250 ingenieros y arquitectos", elogió el presidente de Hochtief, el español Marcelino Fernández Verdes.
La Filarmónica del Elba conjuga lo antiguo con lo moderno. Sobre un viejo almacén de ladrillo en el que se depositaban sacos de cacao, café y tabaco fue erigido un cubo de 1.100 paneles de vidrio en forma de ola gigantesca en que se suelen ver reflejados los grandes cruceros que han descubierto a Hamburgo como destino turístico.
El edificio de 110 metros de alto destaca en el paisaje de esta urbe cuya silueta prominente recortan las torres de las principales iglesias protestantes, incluida la catedral de San Miguel, hasta ahora el símbolo de Hamburgo.
La Filarmónica del Elba alberga tres salas de conciertos con aforo de 2.870 personas, un hotel cinco estrellas y 45 apartamentos de lujo, además de un gigantesco aparcamiento.
Su corazón, sin embargo, late en la principal sala de conciertos, que fue construida siguiendo el modelo de la Filarmónica de Berlín, donde la orquesta está ubicada en el centro y a su alrededor se elevan las filas de asientos como terrazas de viñedos.
(Foto: Sala de conciertos/Cortesía El Bphilharmonie)
"Seguimos el modelo de viñedos de la Filarmónica de Berlín, pero lo desarrollamos más, lo elevamos de forma vertical para estar más cerca del escenario", explicó Ascan Mergenthaler, socio del estudio Herzog-De Meuron. "Ninguna butaca está a más de 30 metros del escenario. Queremos ofrecer una vivencia muy cercana y densa de la música".
El auditorio está revestido por una llamada "piel blanca", una capa de planchas de yeso de forma disímil diseñada por el japonés Yasuhisa Toyota, quien también tuvo a su cargo la acústica del Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles y de la nueva Filarmónica de París.
Las dos salas de conciertos están como suspendidas dentro de la fachada de cristal porque reposan sobre unos gigantescos resortes de acero que impiden que penetren las vibraciones del ajetreo del puerto.
La llamada "Plaza", una galería techada con vistas de 360 grados sobre la ciudad y el puerto que sirve de eslabón entre el antiguo almacén y el edificio de cristales centelleantes, fue abierta hoy por primera vez al público.
Unas mamparas de vidrio de seis metros de altura hechas en forma ondulante para armonizar con el entorno marítimo protegen a los visitantes de los fuertes vientos que soplan en el Elba.
(Foto: La Plaza/Cortesía El Bphilharmonie)
Los amantes de la música tendrán que esperar hasta el 11 de enero póximo, cuando arranque un festival de tres semanas con una obra encargada al alemán Wolfgang Rihm en honor al literato y editor musical hamburguésHans Henny Jahnn.
(SCHSC)