En el marco del Día Mundial del Urbanismo, que se celebra cada 8 de noviembre en más de 30 países, el especialista de la UANL, Eduardo Sousa González, consideró que escuchar y atender las necesidades de la población es el pilar fundamental para planificar y ordenar un territorio. Agregó que el crecimiento vehicular, además de generar un colapso vial y las largas horas de traslado, repercute directamente en la calidad del aire.
El doctor en arquitectura y asuntos urbanos por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), aseguró que para que una zona urbana funcione adecuadamente, deben conjugarse la geografía, la economía, la demografía y el medio ambiente.
Refirió que en Nuevo León, el 95 por ciento de la población habita en zonas urbanas y tan sólo el área metropolitana concentra 4.4 millones de habitantes.
“Ante tal situación, es importante reflexionar sobre el desarrollo de las grandes ciudades como la nuestra, que ha experimentado un crecimiento desmedido en las últimas décadas”, dijo.
Refirió que de acuerdo a un estudio del Instituto Mexicano del Transporte, al 2015 en Nuevo León había 430 vehículos por cada mil habitantes.
Sousa González manifestó que en contraste, al 2016 se estima que en el área metropolitana de Monterrey hay tan sólo 27 árboles por cada mil habitantes.
“El asunto metropolitano es un asunto complicado, hay muchas dificultades para intervenir, pero si la visión no está fundamentada en acciones de alteridad, van al fracaso “, advirtió.
Es decir, continuó, “tiene que haber una compatibilidad entre la visión oficial y entre la visión social”.
Desde 1930, la mancha urbana de Monterrey se ha ido expandiendo y la segregación por municipios ha generado complicaciones, ya que las planeaciones se realizan de manera individual, expresó.
Aseguró que “las estructuras urbanas que dan soporte a este crecimiento no están equilibradas, hay un crecimiento expansivo prematuro sin que estén involucradas todas las variables urbanas”.
(SCHSC)