El arquitecto español Santiago Calatrava recibió en la capital mexicana el doctorado honoris causa del Instituto Politécnico Nacional (IPN), por su "prolífica y deslumbrante labor".
En la ceremonia, desarrollada en el Centro Histórico y Cultural Juan de Dios Bátiz, el director general del IPN, Enrique Fernández Fassnach, afirmó que el grupo fue reconocido por su "extraordinaria trascendencia internacional".
Tras la entrega de los honoris causa, Calatrava (Benimámet, Valencia, 1951) pronunció un discurso en el que afirmó que "ser arquitecto significa ser aquel que guía a los obreros a través de la técnica, para intentar hacer una obra de arte con la ayuda de Dios".
Esto después de hacer una disertación en la que comenzó recordando cómo un amigo suyo le explicó que el Talmud -base del Antiguo Testamento- comienza con la palabra bereshit, que significa el comienzo y que además está vinculada con un símbolo en forma de paréntesis que, en cierta forma, "excluye" lo anterior.
Este dato le llevó a analizar qué es lo que hay detrás del término arquitecto, con lo que extrajo conclusiones como que este podría significar autoridad entre los obreros, pero también remitir a la unión entre lo técnico y el arte, por lo que juntó estas dos partes para forjar su propia definición.
Después de citar obras como la estación de Ferrocarril de Zúrich, la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia y el puente Samuel Beckett en Dublín, Fernández Fassnach remarcó que estas son "un destello" de la "maravillosa capacidad creativa" del arquitecto.
Calatrava ha recibido reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999, el Premio Nacional de Arquitectura de España en 2005 y el Premio Europeo de Arquitectura en 2015.