Los edulcorantes no calóricos o bajos en calorías son cada vez más populares entre la población, debido a las ventajas que ofrecen como sustitutos del azúcar. Sin embargo, todavía existen algunas dudas sobre su seguridad y beneficios, sobre todo porque hay fuentes de información que ofrecen un concepto erróneo de estas sustancias que puede generar confusión.

Con el fin de aclarar las ventajas reales de los edulcorantes no calóricos, así como la seguridad en su consumo, más de 60 expertos internacionales en alimentación, nutrición, dietética, toxicología, endocrinología, pediatría y medicina, entre otras disciplinas, se reunieron el año pasado en Lisboa. El resultado de dicho encuentro fue el primer Consenso Iberoamericano sobre edulcorantes bajos en o sin calorías, un documento que aborda los diferentes aspectos de los edulcorantes no calóricos, desde su seguridad y aspectos nutricionales, hasta los beneficios que pueden aportar.

Desde hace tiempo ha existido controversia sobre si estas sustancias pudieran tener algún beneficio para la salud o, por el contrario, ser perjudiciales y favorecer el desarrollo de diabetes u obesidad. En este encuentro, reunimos toda la evidencia, favorable y desfavorable, sobre los efectos de los edulcorantes no calóricos en la salud.

El Consenso fue recientemente publicado en la revista científica Nutrients, y en él destacamos la seguridad de los edulcorantes no calóricos o bajos en calorías. Por tanto, el consumidor puede ingerirlos con la tranquilidad de que han sido aprobados por autoridades de salud en todo el mundo, tales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) , la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) , la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Comisión del CODEX Alimentarius (CAC) , entre otras.

También analizamos que estas sustancias no son ni medicamentos ni alimentos. Se trata de aditivos que, por definición, no pueden ser tóxicos ni tener propiedades farmacológicas. Los procesos de aprobación son muy rigurosos, incluso más que el de las medicinas.

En cuanto al consumo recomendado de edulcorantes no calóricos, el Comité de Expertos en Aditivos Alimentarios (JEFCA) ha definido su Ingesta Diaria Admisible (IDA) de acuerdo con diversos estudios. No obstante, el IDA no representa un nivel máximo de ingesta diaria ni debe considerarse como un punto en el que termina su seguridad.

Los edulcorantes bajos en o sin calorías son alrededor de entre 200 y 600 veces más dulces que el azúcar. Las cantidades que se utilizan son muy pequeñas y es muy difícil que un ser humano supere los límites que se han establecido como seguros. Incluso la FDA ha declarado que la ingesta ocasional de cantidades mayores a la IDA no causaría efectos adversos a la salud.

En cuanto al papel de los edulcorantes no calóricos en el control de peso y enfermedades crónicas, concluimos que pueden favorecer la reducción de ingesta global de energía y la pérdida de peso, así como contribuir a mejorar el manejo de la glucemia en el caso de pacientes con diabetes, siempre que se acompañen de un programa nutricional completo.

Los aditivos tienen una función tecnológica, que, en el caso de estos ingredientes, es su sabor dulce y su capacidad para sustituir el azúcar con ninguna o muy pocas calorías, lo cual puede ser su ventaja fundamental. En un mundo en el que cada vez se consume mucha azúcar, reducir su ingesta mediante el uso de edulcorantes no calóricos puede ser una gran estrategia.

El consumo de azúcar recomendado por la OMS es de 10% de la ingesta energética diaria como máximo, por lo que el uso de edulcorantes podría ser una excelente herramienta para alcanzar este objetivo. Además de contribuir al control de peso y los niveles de glucemia en el caso de diabéticos, los edulcorantes también ayudarían a evitar el desarrollo de caries, sobre todo en los niños.

Finalmente, debe subrayarse que los beneficios de los edulcorantes dependen de que éstos se acompañen de un plan estructurado de alimentación y que efectivamente se utilicen para reducir el consumo de azúcar. Por sí mismos, los edulcorantes no calóricos ni aportan beneficios ni perjudican la salud. Su efecto es neutro. En cambio, cuando se planea su consumo, con la ayuda de un nutriólogo, sí ofrecen muchas ventajas, pues se obtiene un déficit calórico y una disminución de la glucosa.

El texto completo del Consenso Iberoamericano puede consultarse en la siguiente liga: http://www.mdpi.com/2072-6643/10/7/818/htm

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