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El fin de semana los expresidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón, en sendos tuits, confrontaron al propio presidente Andrés Manuel López Obrador y al director General de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.
Vicente Fox Quesada manifestó que su rancho había sido atacado por un supuesto “comando armado” e hizo responsable de su seguridad y la de su familia al propio Andrés Manuel López Obrador, como consecuencia de ese incidente.
Es innegable que la inseguridad ha tenido un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas y hoy no sólo es percepción, los hechos que conocemos día a día nos permiten observar que este lamentable flagelo ya se encuentra presente en todas las entidades de la república mexicana.
Los grupos delictivos, aprovechando las condiciones de pobreza de algunas comunidades, incluso han logrado el acompañamiento de éstas, y las han utilizado como como mecanismo de defensa, adhiriéndolas a su organización criminal; es decir, parece absurdo pero la delincuencia organizada ha logrado crear su propia base social.
Es de todos sabido que los expresidentes de México gozan de equipos de seguridad profesionales y capacitados, quienes se hacen responsables de su resguardo, todo esto por supuesto a costa del erario, como consecuencia del impuesto que pagamos todos los mexicanos.
Habría que recordarle al expresidente Fox que el presidente López Obrador no sólo es responsable de su seguridad, también es responsable de la seguridad de todos y cada uno de los millones de mexicanos que conformamos este país, y que observamos el esfuerzo que realiza el actual gobierno federal para tratar de enmendar, precisamente la inseguridad, que en las últimas dos décadas se acrecentó.
De lo que sí estamos seguros es que, sin duda alguna, Vicente Fox sigue gozando no sólo del privilegio de un aparato de seguridad, goza de la atención inmediata, ya que el propio Presidente en otro tuit manifestó que había girado instrucciones para atender el incidente que Fox denunció a través de un mensaje en esa misma red social.
No imagino que algún integrante de alto mando en el gobierno federal, no sólo el Presidente, responda y atienda de forma tan expedita cualquier solicitud de auxilio de todos aquellos mexicanos que día a día son víctimas de la delincuencia.
Por eso, no sólo hay que clasificar los privilegios que el actual gobierno manifiesta se otorgaban en otra hora, hay que acabar con cualquier privilegio y eso incluye el estatus de ser ex presidente.
Bravuconadas
Felipe Calderón, quien seguramente viajaba por la península yucateca, hizo airado reclamo al director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, por la supuesta ineficiencia con que actúa en su encargo y por el desabasto de energía eléctrica ocurrido en aquella región.
Calderón acusó a Manuel Barttlet, quien por supuesto no es nada dejado, de bravucón; sólo bastaría recordar que lo que ha caracterizado a Felipe Calderón es precisamente ser contestatario, incluso se reconoció a sí mismo como “el hijo desobediente”.
Parece ser que a algunos ex presidentes de México no les gusta que nadie adopte el estilo que se adjudican para sí a la hora de contestar. Aquí se aplica el dicho aquel que dice “el burro hablando de orejas”.