Los temas relacionados con la sustentabilidad y el cambio climático fueron los últimos abordados por los candidatos a la Presidencia el pasado 12 del presente en el tercer debate. Ninguno de los 4 estuvo a la altura de lo que se hubiera esperado; se vieron erráticos y superficiales, confirmando que para ellos y sus partidos políticos, por lo que hemos podido ver, estos temas no son de su interés ni les dan la prioridad requerida a algo de lo que depende nuestra salud, calidad de vida y la vida misma.
¿Cómo entender esta situación de nulo o muy poco compromiso ambiental de los candidatos ante la alta degradación ambiental que sufre el país? El crecimiento y desarrollo de México dependen en muy buena medida de nuestro rico capital natural. Entonces, ¿por qué no darle a los temas ambientales la importancia y jerarquía que se merecen y comprometerse con su cuidado, protección, conservación y uso racional a favor de las generaciones presentes y futuras?
Se ha insistido en que algunas de las prioridades están relacionadas con los temas del agua, la adaptación y la mitigación en relación al cambio climático, turismo sustentable, la transición energética, los mares y las costas, la deforestación, la biodiversidad y el trabajar para que las ciudades sean cada vez más ambientalmente responsables.
Además, se requiere fortalecer la instituciones de dicho sector, atender la relación de megaproyectos y medio ambiente, mejorar la calidad del aire en el país, no sólo tener más áreas naturales protegidas, sino que realmente cumplan con su función; garantizar la seguridad que se merecen los defensores ambientales, promover una verdadera participación social, así como la transparencia y la rendición de cuentas y el acceso a la justicia.
Algunos de los candidatos traen posiciones encontradas. Por ejemplo, José Antonio Meade dijo que posiblemente hay que entrarle al tema de la energía nuclear, y Anaya, el Bronco y López Obrador se manifestaron en contra. Este último dijo que para reducir emisiones de gases de efecto invernadero lo haría rehabilitando refinerías, lo cual, de hecho, tendría justamente el efecto contrario. El Bronco le dijo que las refinerías contaminan y Anaya dijo que esa propuesta de la refinería era un disparate.
Anaya se pronunció a favor de los autos eléctricos y Meade a favor del transporte público masivo afirmando que no es ético subsidiar la gasolina. Los cuatro están a favor de las energías renovables. Meade se pronunció a favor de cuidar especies marinas prioritarias, como la vaquita marina. El Bronco dijo que hay que parar la deforestación y buscar un equilibrio entre el turismo y el ecoturismo.
Como se puede inferir, lo que los candidatos mencionaron, si bien pueden ser temas importantes, solo son pinceladas muy básicas y aisladas. Ninguno abordó la pobreza presupuestal en la que se encuentra el sector ambiental ni mencionaron el recorte de alrededor del 50% del presupuesto a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en los últimos dos años.
Ante este panorama poco alentador y la gran ausencia de los temas ambientales, se espera que, en los pocos días que quedan de las campañas, los candidatos y sus equipos enmienden la plana y se pronuncien al respecto. Hoy más que nunca se debe de luchar a favor de nuestro entorno, y hacerlo es preocuparse por nosotros mismos. Las tendencias de deterioro ambiental hoy todavía se pueden revertir. ¿Estarán los candidatos dispuestos a comprometerse?
Presidente del CEMDA