Gustavo Alanís Ortega

Parque Nacional Revillagigedo: el reto que viene

Esta nueva zona natural protegida no debe sólo estar en el papel, sino que debe cuidarse con acciones

25/11/2017 |02:00
Redacción El Universal
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Este viernes 24 de noviembre, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, firmó el decreto de declaratoria de una nueva área natural protegida para nuestro país, a la cual se le ha denominado Parque Nacional Revillagigedo. En este archipiélago hay una gran productividad y diversidad biológica, al grado que ha sido denominado como las “Galápagos mexicanas”. Está constituido por cuatro islas que son Socorro, Clarión, San Benedicto y Roca Partida. Se localiza en el océano Pacífico, a unos 800 kilómetros al oeste de Manzanillo, Colima, y a casi 400 kilómetros al sur de Cabo San Lucas, Baja California Sur.

El archipiélago posee una extraordinaria diversidad de flora y fauna, generada por el conjunto único de condiciones físicas y oceanográficas descritas y de una infinidad de complejos procesos biológicos y ecológicos. Esto las hace objeto de un gran interés científico en diversos campos de estudio, así como un imperativo indiscutible de conservación.

Además, posee un alto porcentaje de la biodiversidad del Pacífico Oriental Tropical, y es hogar de un extraordinario número de especies, muchas de ellas endémicas. Un número considerable de sus especies terrestres y marinas se encuentra amenazado o en peligro de extinción.

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La riqueza y diversidad de corales en Revillagigedo es también sobresaliente. El archipiélago contiene el mayor número de especies de corales en el Pacífico mexicano (Reyes Bonilla, 2003). Como referencia, cabe hacer notar que en todo el golfo de California están registradas 20 especies de coral y que a lo largo de toda la costa continental del Pacífico mexicano hay registro de 22. Pero sólo en Revillagigedo han sido registradas 25 especies de corales escleractinios (corales duros constructores de arrecifes).

El parque tendrá la oportunidad de contribuir con la sustentabilidad de la industria pesquera, la conservación de la biodiversidad y un desarrollo ecoturístico sostenible y de alto valor agregado. Además, garantizaría la protección a perpetuidad de más de 14 millones de hectáreas (7% de la Zona Económica Exclusiva de México en el Pacífico) y establecería un área de refugio permanente para especies de tiburones, mantas, tortugas y mamíferos marinos.

Además de las autoridades involucradas para que esto sea hoy una realidad, habrá que darle también crédito a la Coalición en Defensa de los Mares de México por el gran impulso dado a esta iniciativa. El gran reto ahora para el gobierno federal será asegurar que esta área natural protegida no sea una de papel, sino un área donde de verdad se cuide, conserve y respete el entorno natural de este parque nacional y que las reglas que apliquen al mismo se cumplan a cabalidad a través de: 1) la publicación e implementación adecuada de un plan de manejo que se expida en tiempo y forma; 2) un trabajo coordinado entre la dirección del parque, la Secretaría de Marina y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para ir en contra de quienes pretenden violar o infringir las disposiciones legales aplicables al parque.

Director general del Centro Mexicano de Derecho Ambiental AC