En seguimiento a mis últimos artículos, hoy quiero platicar acerca de la Asamblea Nacional del PRI. Este evento, a diferencia de lo que algunos dicen, parte de varios meses de mucho e intenso trabajo en todo el país.
A mediados de abril, el CEN del PRI convocó a los comités locales, municipales y estatales a trabajar con miras a llevar a cabo una Asamblea Nacional. De mayo a julio se hicieron 3 mil 50 reuniones municipales y estatales con la participación de cerca de 400 mil militantes, donde todos dijeron lo que quisieron con respecto a lo que se debía proponer, por qué y cómo hacerlo.
La razón, como lo mencionó Enrique Ochoa, líder de todos estos trabajos, es porque los problemas nacionales son dinámicos y no se resuelven de una vez y para siempre. Había que convocar a todos los sectores, conocer sus ideas, sus planteamientos, sus propuestas de políticas públicas, para ofrecer soluciones reales a la sociedad.
También se realizaron, encabezados por el senador Gándara, 34 mesas temáticas en las que miembros del partido, líderes sociales y expertos discutieron tanto los múltiples aciertos que se han tenido en la administración del presidente Peña Nieto, como también aquellas cosas que todavía nos faltan por resolver. Los problemas van más allá de una administración y no se pueden terminar en días o semanas, aunque algunos pregonen que pueden arreglar todo con sólo llegar a la Presidencia de la República.
De estas mesas temáticas, así como de las reuniones estatales y municipales, se obtuvieron muchas propuestas que fueron llevadas a 5 mesas nacionales, coordinadas por Claudia Ruiz Massieu: Declaración de principios; Estatutos; Visión de Futuro; Programa de Acción y; Rendición de Cuentas y Ética. En cada una se discutieron, con la participación de 640 delegados, las cosas que se deben cambiar y las que se deben mantener. Fueron dos días de intenso debate sobre el pre dictamen con todas las propuestas para llevarlas a la Asamblea Nacional.
Con el apoyo de más de 10 mil militantes y del presidente Peña Nieto se aprobaron los dictámenes que serán la base de la plataforma del partido ante el proceso electoral que inicia el 8 de septiembre.
La Asamblea aprobó entre otras cosas: 1) reafirmar la vocación socialdemócrata y el compromiso con la justicia social mediante una agenda social, económica, política y global con perspectiva en derechos humanos, incluyente y basada en la responsabilidad ambiental; 2) una revolución educativa transformadora como eje transversal de las políticas públicas; 3) un diseño institucional de vanguardia que abra espacios a la ciudadanía y atienda sus demandas; 4) un marco de principios y obligaciones éticas que asegure la transparencia y la rendición de cuentas y; 5) un programa de acción basado en las transformaciones estructurales que garanticen un México en paz, seguro, sin pobreza y con oportunidades para todos.
Además, se garantizarán candidaturas a jóvenes y a indígenas con paridad de género en la postulación; no hay candados de militancia para ser candidato: los partidos tienen que estar cerca de la sociedad y las candidaturas ciudadanas darán mayor representación y; se creará la Secretaría Anticorrupción en el CEN del partido.
Cuando el resto de los partidos políticos hablan de escuchar a la ciudadanía, ¿a qué se refieren exactamente? Porque no he visto a algún otro partido que haya realizado un trabajo tan intenso por acercarse a la sociedad. En cambio, lo que sí he visto es la conformación de alianzas electorales con el único fin de unir a personas que no comparten más que el deseo de obtener un puesto. O, también partidos donde, en una tómbola, se sortean las candidaturas sin saber ni siquiera el pensamiento o compromiso político de los “nuevos” candidatos.
Creo que las otras fuerzas políticas, aunque no hagan algo tan intenso y profundo como el PRI, deben escuchar a la sociedad y no sólo a sus líderes. Vean cómo lo hizo el PRI; pueden usarlo como guía rápida.
Coordinador general de Puertos
y Marina Mercante.
guillermo.ruizdeteresa@yahoo.com
