El 29 de diciembre Jude Webber del Financial Times (FT) contestó “Sí” a la pregunta de si Jose A. Meade sería el próximo presidente de México, y creo que vale reflexionar al respecto.
Se cumplen 4 meses de que, oficialmente, inició el proceso electoral y ya existen miles de análisis al respecto. Muchos dicen que AMLO va a la cabeza, como si 5 meses antes de la elección pudiera decirse, con certeza mayor a la de un adivino, quién ganará, ya que las encuestas no son suficientes ni definitorias.
Lo que es cierto es que los estrategas de Meade deben saber que el resultado se define el día de la elección: lo importante es posicionarse claramente entre los dos primeros lugares porque será una elección entre dos candidatos y el PRI debe estar en esa disputa. Hoy no hay primero, segundo o tercer lugar, pero la final sí será entre dos caballos corriendo el último tranco con los ojos de los votantes sólo en ellos. Y en esta carrera no estarán solos, sino que contarán con las estructuras partidarias y los más de 3 mil 400 candidatos.
La estructura de Morena en varios estados es inexistente y sus candidatos (si siguen el método usado hasta ahora) serán prácticamente desconocidos. Imaginemos a Delfina sin el constante apoyo de AMLO: habría quedado detrás de Josefina. Además, sabemos que el número de electores de Morena parece estar topado en 30% y sin estructura nacional.
Por su parte, el PAN tiene una estructura pequeña y su operación, por lo menos hasta ahora, se ve complicada por la falta de definición ideológica en el amorfo que es el Frente, ¿se van a sumar y trabajar juntos PAN y PRD, a pesar de sus claras diferencias? Yo, de verdad, lo dudo.
El PRI con una estructura electoral muy poderosa, como lo admitió el FT, tendrá como principal objetivo que los candidatos movilicen a sus diferentes estructuras y transmitan a la gente las propuestas de solución a sus problemas, que el candidato Meade entiende y comparte y; que apoyará las demandas de los candidatos del PRI porque ¡solamente en unidad y con el mismo objetivo podrán ganar! Esa es una condición sine qua non.
Existe preocupación de algunos sobre si AMLO tiene 30% de apoyo y el PRI 50% de rechazo, pero debemos leerlo de otra manera: a AMLO lo rechaza 70%, pero Meade tiene la oportunidad de lograr que el rechazo al partido no necesariamente lo sea a su persona.
Con respecto a los argumentos y propuestas de los candidatos, los de AMLO son débiles y adolecen de profundidad; son buenos deseos y generalidades, pero, para cualquier analista, lograr lo que propone es inviable. El gabinete que mostró, en general, es gente sin experiencia y donde los encargados de las áreas donde se pretenda rechazar las reformas no durarán y serán “fusibles” desechables para cuando algo no funcione. Podría seguir, pero creo que el punto ya es claro.
De Anaya no hay mucho que decir. Su propuesta es quitar a los corruptos, aunque parece que sólo ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Su propuesta más importante, el Ingreso Básico Universal, está tan fuera de realidad como las de AMLO. Además, podemos ver que cada vez son más sus anuncios, pero cada vez menos la gente que lo apoya. Su preocupación en el corto plazo es que su base y la del PRD no se enemisten y eso dificultará que atienda su propia candidatura.
Meade, por su parte, lo tiene todo. Tendrá que afinar su estrategia y objetivos en el tiempo, pero: 1) tiene la estructura que garantiza fortaleza y solidaridad; 2) tiene los conocimientos para cambiar lo necesario sin destruir lo que hoy funciona y; 3) tiene los atributos para ser un presidente que lleve al país a buen puerto: sólida formación técnica y profesional con buenos resultados; es humilde, austero, íntegro, creíble y una persona abierta al diálogo y conciliador.
Mi reflexión me lleva a decir que cuando el FT dice que Meade va a ganar lo hace analizando los indicadores y tiene razón: Meade será el próximo presidente de México.
Coordinador general de Puertos y Marina Mercante.
guillermo.ruizdeteresa@yahoo.com