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Hace 20 años, el mundo se conmocionó por el avecinamiento de una grave crisis económica mundial, 10 años después, el miedo volvió otra vez ante la inminencia de la crisis del 2008. En ambos casos, el G20 intervino para dar una solución coordinada a las crisis, aminorar sus efectos y evitar recesiones económicas mayores. El Grupo de los 20 (G20), aunque no es una organización como tal, es un foro que reúne a las principales economías del mundo, las cuales representan alrededor de 2/3 de la población y el 85% del producto interno bruto mundial. Los jefes de estado del G20 se reúnen año con año para discutir y llegar a acuerdos en temas de crecimiento económico, desarrollo sostenible y otros temas que aquejan a la humanidad.
A finales del 2018, el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático emitió un informe, según el cual nuestro planeta se aproxima lenta pero decididamente al punto de no retorno. A menos de que se tomen medidas urgentes, se movilicen las voluntades políticas y nos comprometamos enteramente a cambiar nuestros estilos de vida y nuestras economías, nos arriesgamos a no tener un planeta sostenible para heredar a generaciones futuras. Las naciones del G20 tienen una gran responsabilidad y los parlamentos desempeñan un papel de importancia crítica respecto a la redacción de la legislación, la adopción de presupuestos y la exigencia a los gobiernos para la aplicación efectiva de medidas que avancen en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Es innegable que en el G20 quienes son protagonistas son los jefes de estado, sin embargo, para cerrar la brecha democrática en las relaciones internacionales, los parlamentos y sus parlamentarios deben participar en los principales procesos internacionales. En este espíritu, en octubre de 2018, tomó lugar por primera vez una cumbre paralela de los Presidentes del Parlamento del G20, el llamado P20, organizada por la UIP y el Congreso Nacional de Argentina. El objetivo del P20 es proporcionar una voz más fuerte a los parlamentarios para ser agentes primordiales en la construcción de consensos para el desarrollo justo y sostenible de nuestras sociedades.
Innegablemente el mundo requiere más que nunca del consenso entre todas las fuerzas políticas implicadas en los modelos de gobernanza nacionales e internacionales. No basta con que los parlamentos se involucren en las reuniones de alto nivel que sostienen sus gobiernos –como el G20– sino que los gobiernos mismos deben de tener la voluntad de integrar la visión parlamentaria en sus agendas. Esta voluntad, combinada con la institucionalización y continuidad en el tiempo del P20, debe resultar en políticas nacionales e internacionales más coordinadas, con mayor potencial transformador y con mejores expectativas de implementar la agenda de desarrollo.
Como Presidenta de la Unión Interparlamentaria este proyecto ha sido prioritario en mi agenda. El siguiente P20 se realizará el próximo 4 de noviembre en Tokio, Japón, y se realizará en co-presidencia de la UIP y el país anfitrión. Ahí, además de discutir los temas que dieron vida al G20 como el desarrollo sustentable y crecimiento económico, se obtendrá una resolución final sobre temas de salud, combate al proteccionismo, integración de nuevas tecnologías, igualdad de género y cambio climático. Que esta sea la segunda de muchas ediciones más del P20 y que así el multilateralismo se fortalezca desde la esfera parlamentaria frente a la peligrosa tendencia al unilateralismo.
Diputada federal