El lunes 25 EL UNIVERSAL presentó en primera plana otro de sus excelentes reportajes sobre temas de importancia nacional: "La banca de desarrollo se encuentra paralizada". El Reforma escribe “144 directivos dejan a Nafin”; Camarena de El Financiero, “El golpe a la banca de desarrollo”, describiendo el insólito público desencuentro entre el Secretario de Hacienda y Nájera, supuesto Director de Nafin y Bancomext sobre quién tiene la facultad de designar funcionarios. Otro artículo en EL UNIVERSAL: “El banquicidio de Bancomext”. Desplegados de su comprometido sindicato; foro en el Senado. ¡Todo en defensa de la BD! Otro problema político.
El tema de fondo es si podemos conformar una “Banca de Desarrollo” (BD) fuerte que impulse el crecimiento del país o si nos mantendremos con una mediocre “Banca del Subdesarrollo". Ésta fue un instrumento fundamental para que durante los 40 años más exitosos de nuestro crecimiento al 6% anual, Nafin y Bancomext apoyaran la industrialización del país y el acceso al crédito externo. Lo mismo ocurrió con Japón y Corea, creando las mismas instituciones. Ahora son pilares de los países emergentes más exitosos como la India, China, Vietnam.
Bajo el embate neoliberal, nuestra BD se fue achicando. Su crédito representa sólo 4% del PIB y el 17% del crédito total, la tercera parte de 1980. Bajo los gobiernos de Fox y Calderón, se intentó fusionar las dos instituciones. Como lo impidió el Congreso, se acudió al artificio de nombrar un director para ambas. Acción ilegal, que no funcionó. Ahora se intenta la misma maniobra. Nafin y Bancomext son parte del legado institucional del artífice de la tercera transformación, Lázaro Cárdenas. ¿Quiere acaso la 4T singularizarse por una regresión histórica neoliberal?
Recientemente el gobierno de López Obrador creó atinadamente el Consejo de Promoción del Crecimiento. En dos importantes discursos, el presidente asumió el compromiso de duplicarlo de 2 al 4% anual. Para apoyarlo, Romo se comprometió con una necesaria política industrial. Sin embargo, no se mencionó para nada el “financiamiento”. Las experiencias mencionadas indican que no se puede acelerar el crecimiento y la inversión, y sobre todo no hay política industrial si no hay una estrategia de financiamiento que la soporte, en que la BD juegue un papel fundamental al igual que la banca privada. ¿Cuáles son sus tareas?: Configurar programas sectoriales y regionales, sustentados en crédito de largo plazo y capital, generando una amplia gama de proyectos, formando cuadros que los formulen y evalúen. No se puede debilitar estos 2 poderosos instrumentos, fusionándolos, justo cuando hay riesgo de recesión, sin generar casi ningún ahorro.
Sr. Presidente, Sr. secretario de Hacienda, Sr. Romo, se puede corregir la disfuncionalidad y la ilegalidad, dejando al Sr. Nájera como director general de Nafin, trabajo de tiempo completo, para que ésta vuelva a ser el brazo de la política industrial, y no principalmente garante de grandes bancos, operador de redescuentos, factorajes y mercados financieros. Pero también debe nombrarse otro director general, independiente, para Bancomext, otra tarea de tiempo completo, para vincular más el comercio exterior con el crecimiento y diversificar exportaciones e importaciones. Fuente privilegiada de crédito externo aún en crisis repetibles (¿descalificación?). Muy importante, el Banco, con sus utilidades, financiaba la promoción. Puede volver a hacerlo ahora con la desaparición de Proméxico, financiando a sus agentes en las embajadas desvalidas. Todo país industrializado importante conserva su Eximbank, a alto nivel, no a cargo de un “Adjunto”.
¡Ojalá se den las rectificaciones necesarias para que una Banca de Desarrollo fuerte contribuya a la 4T y no la desvirtúe!
Exembajador de México en Canadá.
@ suarezdavila