Amiga, amigo, lectora, lector: si usted ya leyó las primeras planas y a sus articulistas favoritos, si ya vio las caricaturas que le interesan y visitó las redes sociales, y aún le queda un tiempecito por aquí, le invitó a jugar una adivinanza para gente informada, como usted. Le digo como han descrito al personaje y usted me da su nombre. ¿Listos?
“Gusta de viajar a través de su tierra, viajar en medio de su pueblo, y probablemente disfrutar en ese instante el feliz sentimiento de hallar profundo y seguro descanso en el corazón de la nación”.
“Siempre ha disfrutado de un particular talento, un talento próximo al de un genio de la demagogia, para apelar a las emociones populistas nacionales, a las esperanzas y a las ofensas sentidas por un creciente número de ciudadanos ordinarios, explotando en particular los firmemente arraigados resentimientos”
“Jamás en la historia de todos los tiempos ha reunido hombre alguno, como él, en su propia persona la confianza y el sentimiento de pertenencia de todo un pueblo”
“Pese a la contundente intolerancia egocéntrica hacia cualquier forma de crítica o de opinión contraria, cosa que constituía uno de los rasgos permanentes de su carácter, el personaje parece que conservó, al menos en los primeros días de su poder, cierta distancia respecto al culto a la personalidad edificado a su alrededor”.
Si usted ya sabe a quién me refiero con los cuatro párrafos anteriores, no lo diga. Espere unas líneas más, por favor.
“Su modestia personal está fuera de toda duda. Sus comidas son sencillas. Celebra su cumpleaños en privado”.
“Es un hombre que trabaja arduamente mientras los demás duermen. Es infatigable en su laboriosidad y esfuerzo”.
“La realidad económica del gobierno guarda escasa relación con su propaganda”.
“Entre las personas políticamente ingenuas y en situación de estrechez económica quedaba claramente de manifiesto que cualquier beneficio social que se recibiese era atribuible directamente a su persona”
Cuatro párrafos más habrán confirmado su certeza estimada lectora, estimado lector. Continuemos, para aquellos que aún no saben a quién me refiero:
“Él, a diferencia del gobierno anterior, se preocupa por los pobres”
“El derecho constitucional en el gobierno es la formulación legal de la voluntad histórica de él”.
“Esta claro que la mayoría de la población lo mira con total confianza. Sin duda, ha ganado de forma significativa en respeto y popularidad”.
“Las dos características más sólidas de la imagen que se tenía de él eran, en primer lugar, que era el ejecutor de una justicia natural (pese a que se burlara de todas las convenciones legales) que defendía a los pobres frente al abuso de poder de la élite y, en segundo lugar, que era el defensor de la moralidad pública y que había limpiado la vida pública de la disoluta inmoralidad y corrupción de los dirigentes”.
“La totalidad del pueblo está entregada a él no sólo con veneración sino con profundo y sincero amor, porque tiene el sentimiento de que le pertenecen, de que son carne de su carne, alma de su alma… Él salió del pueblo y ha permanecido en medio del pueblo… Los más humildes se aproximan a él en forma amistosa y confiada porque sienten que él es su amigo y su protector. Sin embargo, la totalidad del pueblo le ama, porque se siente segura en sus manos, como un niño en los brazos de su madre”.
“Era la persona que actúa como verdadero representante del hombre corriente al bajar los humos a los encumbrados y poderosos, incluso en el caso de que pertenecieran a su propio partido”.
“Él vive sin duda su fe en Dios. Y reconoce que la cristiandad es la constructora de la cultura occidental”.
Pues sí, en efecto, como bien lo adivino, se trata de Adolfo Hitler, tal como fue descrito por sus contemporáneos. Los interesados pueden ampliar la lectura en “El mito de Hitler. Imagen y realidad del Tercer Reich”, espléndido libro escrito por Ian Kershaw, publicado en español hace diez años por Paidós con el apoyo de Conaculta, cuando el gobierno todavía se ocupada de la cultura.