Como en aquellos años de 1939, cuando Manuel Gómez Morín cristalizó la fundación del PAN como una opción distinta y distante al régimen de la época, quienes hoy tenemos una visión diferente a la del próximo gobierno estamos llamados a la unidad y a la construcción de opciones que hagan verdadero contrapeso del nuevo régimen.
La administración entrante iniciará con mayoría en ambas cámaras. El control de las políticas públicas y de los cambios constitucionales será prácticamente total. Sin embargo, eso sólo significa que será necesario, como en aquel momento, un acercamiento estratégico de los sectores que diferimos con este abrumador escenario.
Soledad Loaeza, investigadora del CIDE, identifica este proceso histórico que se vivió en la génesis del PAN, como “la integración política de grandes grupos sociales” en la búsqueda de una opción distinta al liberalismo y al socialismo de la época.
En aquel entonces pues, se apostó a nuevas formas de organización social y a la institucionalización de la participación de aquellos que no comulgaban con el corporativismo cardenista. Se alzó la voz frente al duro presidencialismo y los tonos autoritarios con que se tomaron ciertas decisiones.
Por aquellos años, Acción Nacional se opuso al reparto de los sindicatos como medio de control político y participó activamente en el reordenamiento de la economía nacional. Ante el impacto que provocó la expropiación petrolera en empresas mexicanas también se sumó también a la defensa de las mismas.
Se pasó a los hechos porque eran muchos los que no coincidían con las decisiones de aquel gobierno. Gómez Morín lo definió como la “técnica de salvación”.
Hoy, como en aquel sexenio, millones de mexicanos no comulgan con la visión del próximo titular del Ejecutivo.
No deja de sorprender que en este nuevo escenario se excluya de supuestas “decisiones democráticas” a todos los que resultan afectados por las mismas. Que se sacrifiquen los derechos de algunos, por los intereses de “las mayorías”.
La cancelación de la construcción del NAICM, por ejemplo, implicará pérdidas para las empresas mexicanas y para sus trabajadores. Los proyectos de la reforma energética que ya están en marcha y que implican millones de pesos comprometidos, se mueven hoy en la zozobra por los señalamientos de algunos colaboradores del próximo régimen.
Y si hablamos de la intención de derogar la reforma educativa, no deja de hacer ruido que se excluya del debate a los padres de familia y a los alumnos, cuyo derecho a recibir educación de calidad es igual de válido que el de millones de maestros que exigen al Estado participar en el diseño de una política educativa de vanguardia.
Nos encontramos en antesala de la toma de protesta del próximo Presidente. Y sí, somos muchos los que esperamos que las decisiones que se tomen procuren el bienestar común y el interés superior de la nación.
Por ello hoy PAN se erige como una opción para aglutinar nuevamente a los sectores de la sociedad que difieren con el gobierno entrante. No para formar mero frente opositor, sino más bien para aprovechar su plataforma institucional y sumar a todas las voces que piden respeto a sus derechos y que tienen propuestas alternativas.
Académicos, estudiantes, abogados, arquitectos, ingenieros, empresarios, amas de casa; aquí hay un espacio para esa defensa, aquí hay un instrumento al servicio de México.