Es común que las personas, tratando de defender asuntos de fondo, terminen defendiendo ideas derivadas que gradualmente los alejan del verdadero fin que originalmente perseguían.

¿Qué es lo que quiere la mayoría de la población en materia de violencia? Simple: que haya seguridad; que se pueda transitar en paz, sin riesgos a ser asaltados.

Pero cuando se empieza a hablar de ideas y conceptos, en vez de focalizarse en la seguridad, la atención se desvía hacia la adquisición de patrullas; el aumento de policías; la instalación de cámaras, sin importar en realidad qué efecto tiene todo ello en la disminución de la inseguridad.

¿Qué es lo que deseamos los mexicanos en materia de educación pública y privada? Simple: el aprendizaje. Que nuestras niñas, niños y jóvenes aprendan, se informen, se formen, se eduquen.

Pero cuando se empieza a hablar de ideas y conceptos, en vez de centrar la mirada en los niños, se desvía la atención hacia la reforma educativa, la evaluación, el modelo, sin importar qué efecto real tiene todo ello en el aumento del aprendizaje.

Por ello, para que una política pública no pierda el foco, debe tener muy claro su objetivo y definidas sus metas.

Es urgente que en todos los sectores de gobierno y en sus diferentes niveles, se ponga especial énfasis en una buena administración que defina y garantice el cumplimiento de metas claras, con rapidez y con los menores recursos posibles.

Las mediciones de resultados deben ser cuantificables y permanentes para poder identificar tendencias de manera regular.

No es menor el esfuerzo que debe hacerse en recopilar información pertinente para la toma de decisiones y el liderazgo sobre la organización en su conjunto.

Aunque parece increíble, muchas dependencias no tienen claro cuáles son sus valores, cuál es su cultura organizacional y si no hay claridad en la cultura, cualquier nuevo objetivo no será procesable por falta de interés de grupo.

Sea una escuela, una fábrica o una empresa de servicios, la administración eficaz es importante para que se logren los objetivos que se persiguen. Y cada vez hay más métodos y herramientas técnicas para lograrlo; para tener un mejor desempeño, y como decía Lou Tice, una vez que una organización, o incluso una persona, se pone una meta, todo lo que tiene alrededor empieza a alinearse para conseguirla y se descubren oportunidades que antes eran invisibles aunque estuvieran frente a la vista.

En todo el país debemos organizarnos mucho mejor para dar cada vez más resultados. Todo empieza por ponernos metas claras.

Lo anterior permitirá que a un gobierno se le mida por sus resultados. No por sus programas, no por sus presupuestos, no por sus acciones, no por sus esfuerzos: por sus resultados.

No importa el número de patrullas, importa la seguridad. No importa el número de vacunas, importa la morbilidad. No importa el número de maestros evaluados, importa el aprendizaje de los alumnos.

Sólo focalizando la atención en los resultados podremos medir y avanzar en las metas sociales, económicas, ambientales, culturales y nacionales que se persiguen.

Presidente ejecutivo de Fundación Azteca.
emoctezuma@tvazteca.com.mx
Twitter: @EMoctezumaB

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