Hace unos días Keylani N, de siete años, fue rescatada con señales de violencia; presuntamente era maltratada por sujetos que fingían ser sus padres. Hoy un par de mujeres se disputan su custodia.

Sara López, quien afirma ser la “abuela de corazón” de la niña, asegura que Keylani no es la pequeña que buscan desde 2010 en Tecámac, Estado de México. Según relata, ella llegó a sus brazos cuando tenía 8 meses.

“Dormíamos juntas, platicábamos todas las noches, nos queríamos mucho, yo la amo y estoy luchando por verla, he llorado mucho por lo que le pasó, pero el DIF Sonora no me lo permite”, cuenta en entrevista a EL UNIVERSAL.

Sara, de 63 años, reconoció a Keylani cuando se dio a conocer que la fiscalía de Sonora había rescatado a una niña que era severamente torturada. Según relata, la madre de la niña es tía de Jorge, la ex pareja de su hija, quien recibió a la menor porque su progenitora “no la quería”. Jorge y la hija de Sara tenían problemas de drogadicción, por lo que estaban incapacitados para cuidar de la niña, fue por esa razón por la que ella se hizo cargo.

Sara y la niña fueron separadas en 2015, cuando su hija terminó su relación con Jorge; él se la llevó para que la pérdida les doliera a ambas, afirma. De Keylani sólo quedaron sus juguetes, mismos que aún continúan “esperándola”. Pese a sus esfuerzos por mantener contacto con ella, un día le informaron que la menor había sido regalada a la prima de su madre, quien al parecer es la mujer que la golpeó, detalló.


Disputa por custodia. En cuanto Sara supo lo que había sucedido, buscó la manera de ir a verla al Hospital Infantil, donde se encuentra desde que fue rescatada; las autoridades le negaron el paso.

Ahí le dijeron que fuera a declarar a la PGR, el día que lo hizo coincidió con la llegada de Maribel Enciso, quien viajó a Sonora, con la esperanza que la niña sea su hija y con la meta de practicarse pruebas de ADN para corroborarlo. Su hija fue robada en 2010, en Tecámac, Estado de México. El parecido entre sus rasgos y los de la pequeña despertaron sus esperanzas.

El 31 de julio una llamada anónima al 911 alertó a las autoridades, se denunció el maltrato que sufría una menor de siete años. La niña presentaba severas lesiones en el cuerpo, traumatismo craneoencefálico y anemia, por lo que fue internada en el Hospital Infantil del Estado de Sonora.

De acuerdo a las investigaciones del personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado, la menor fue salvajemente golpeada por la pareja que la tenía bajo su resguardo.

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