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Los disturbios que se registraron en el penal del Topo Chico fieron a raíz de un rumor de que, tras el traslado de un grupo de 38 internos peligrosos, otros presos tomarían el control del reclusorio, afirmó el vocero de seguridad del gobierno de Nuevo León, Aldo Fasci Zuazua.
El funcionario señaló que prácticamente toda la población penitenciaria del Topo Chico, más de 3 mil presos, incluyendo las mujeres, se sumaron a las protestas, y hubo algunos disturbios, por lo que debió utilizarse gases lacrimógenos para controlar la situación.
Durante los incidentes, un interno sufrió una herida en la clavícula, ocasionada con un instrumento punzocortante, por lo que fue trasladado a un hospital, donde se reportó que su vida no corría peligro.
Otro reo resultó con lesiones mínimas que no requirieron su hospitalización.
Las protestas iniciaron después de las 13 horas, cuando los internos quemaron colchones y otros objetos, mientras algunos reos subieron a las azoteas de los ambulatorios para mostrar cartulinas y lonas con leyendas contra un supuesto "comandante Kakino”.
“Nosotros no podemos ni debemos darle publicidad a esos chismes. Fue un rumor para desestabilizar al penal, no le vamos a dar cuerda, vamos a cerciorarnos que no sea cierto, y cuidar que nadie tome el control. No debe tomar el control nadie, aunque sea moral”, expresó Fasci.
El funcionario comentó que los internos señalados como líderes de la protesta fueron aislados.
“No podemos permitir que nadie tome el control”, dijo Fasci, tras admitir que la población penitenciaria estaba molesta por dicho rumor.
Agregó que durante la revisión posterior del traslado de 38 internos no se localizó nada relevante.