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Mujeres indígenas nahuas interpusieron una queja en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Coddehum) contra el Ejército, por haber afectado sus sembradíos de maíz cuando lanzaron desde un helicóptero químicos para eliminar amapola.
Guadalupe Callejas y Rosita Rojas Torres, de la comunidad Cuixapa Norte, del municipio Zapotitlán Tablas, se presentaron el pasado viernes en las oficinas regionales de la comisión para interponer la queja en contra de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Las mujeres aseguraron que una semana antes habían interpuesto otra queja con ayuda del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, en las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) en la ciudad de Chilpancingo.
El pasado 10 de junio, las dos mujeres indígenas se percataron de la presencia de un helicóptero del Ejército que sobrevolaba por los cerros cercanos donde ellas tienen sus terrenos y habían sembrado semanas atrás maíz de la temporada.
Guadalupe Callejas señaló que observo cómo la aeronave comenzó a arrojar un líquido sobre los terrenos más altos y continuó hasta sus sembradíos de maíz.
Al siguiente día, las dos indígenas se trasladaron a sus terrenos de siembra y observaron que el químico que había sido rociado sobre sus milpas y árboles había ocasionado quemaduras a los tallos, lo que provocó que las planta empezaran a morir. En diciembre de 2016, las dos mujeres nahuas habían sido beneficiadas por un programa de Sagarpa, el cual les otorgó 60 árboles de aguacate y un sistema de riego para sus sembradíos.
Los 60 árboles comenzaron a secarse días después de que el químico fue arrojado por el helicóptero militar, al igual que todo su sembradío de maíz.
Rosita Rojas Torres aseguró que la muerte de sus siembras de maíz por el contacto del químico representaba no tener ingresos en este año, además de no contar con ninguna fuente de alimentación, ya que el maíz es la principal fuente de consumo en la zona.
Por su parte, Rubén Silva Morales, abogado del Centro de Derechos Humanos de La Montaña, informó que al interponer la queja ante la PGR y comenzar las investigaciones, la Sedena informó que el químico que había sido rociado era Paraquac, mejor conocido como Gramoxone, para la eliminación de plagas.
En otra comunidad perteneciente al mismo municipio, un campesino realizó otra queja similar en contra de la Sedena ante la PGR. Para ese caso, el comunero llegó a un acuerdo monetario para poner fin a la denuncia.
La organización Tlachinollan intentó documentar la muerte de una niña que fue llevada al hospital regional del municipio de Zapotitlán Tablas por supuesto contacto con el químico que había sido rociado por un helicóptero, pero los familiares ya no quisieron interponer la denuncia.