“¡No puede tomar fotos! ¡Está prohibido!”. El grito desde el interior del hotel Marlin rompe el paradisiaco encanto de la bahía de Santa Cruz y alerta a los pájaros que trinan desde el monte anexo.

Es el centro de hospedaje de cuatro estrellas que hace dos sexenios el gobierno estatal donó a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y que hoy está en desuso.

Una familia lo custodia. Una señora con un bebé en brazos, un joven con un auto de lujo, otra mujer de unos 30 años y un taxista con su unidad se logran apreciar en ese sitio. Pero no es un caso único. Hace más de dos décadas, también los maestros de Oaxaca recibieron un hotel en Puerto Escondido. Ambos espacios están abandonados y en deterioro.

“Estamos investigando la situación; queremos reactivarlos, pero el magisterio no tiene dinero, nos tienen congeladas las cuentas”, dijo el líder de la CNTE en Oaxaca, Eloy López.

Negociaciones ventajosas

Cada 1 de mayo, y desde hace 37 años, a la par de la negociación salarial del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE con la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Sección 22 —que simpatiza con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)— presenta su propio pliego petitorio al gobierno de Oaxaca.

Además de exigir mejoras económicas y prestaciones laborales, ha demandado y obtenido bienes materiales, como inmuebles. En la solicitud de este año pidió obras de rehabilitación en diversos edificios en su poder, principalmente el de oficinas ubicado en el Centro Histórico.

Con base en su método de presión-negociación-presión, el gremio ha conseguido conquistas extraordinarias, como 90 días de aguinaldo a los más de 80 mil trabajadores de la educación e incluso bonos extra e incentivos económicos hasta para iniciar el ciclo escolar.

Tales demandas generaban anualmente déficits en las finanzas estatales, que en 2016 sumaron mil 600 millones de pesos, según el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).

Logro turístico

“Encantadoras playas de fina arena blanca, hoteles de lujo y naturaleza sorprendentemente pura. Esta es la belleza de Huatulco. Situada en la costa del Pacífico, en el estado mexicano de Oaxaca, es el más reciente y prometedor centro turístico.

“Las principales atracciones de Huatulco son sus nueve fabulosas bahías, de las cuales cuatro son reserva ecológica, y sus 36 excelentes playas, muchas de ellas todavía vírgenes”, es la oferta de ese destino turístico.

Y en la principal de sus nueve bahías, Santa Cruz, se encuentra una gama de esos centros de hospedaje, de tres, cuatro y cinco estrellas. El Marlin es uno de esos centros de lujo, ubicado en el número 107 de la calle Mitla, esquina con Huatulco, del Sector A, a unos 500 metros de la playa.

Fue entregado en una de las negociaciones, en 2009, a finales del sexenio de José Murat, y desde entonces no ha tenido ninguna utilidad. En el lugar al menos dos familias cuidan las instalaciones, que lucen deterioradas desde el exterior.

Este hotel en abandono cuenta con 29 cuartos dobles, la mayoría con balcón al exterior y su tarifa por noche oscilaba entre mil y 3 mil pesos.

Un espacio similar, aunque de menor categoría, se mantiene en el olvido en Puerto Escondido desde hace unos 25 años. Se localiza casi frente a la playa de Zipolite y por el paso del tiempo está severamente deteriorado. Algunas áreas fueron habilitadas para rentar locales, que son los únicos en servicio y cuyos arrendadores se negaron a dar información.

“Los rescataremos”

“Sí, efectivamente, nuestro oficial mayor está a cargo del tema, está al pendiente y ha presentado un proyecto para la reconstrucción o remodelación, lo que se requiera. El problema es que nuestras cuentas están congeladas, la toma de nota todavía no la tenemos. Sin embargo, estamos en ese proceso”.

Así respondió el secretario general de la Sección 22, Eloy López, acerca de la situación de los hoteles en Puerto Escondido y en Huatulco.

“Estamos en ese proceso para ver si esos edificios están en condiciones para su remodelación o, en su caso, para una nueva reconstrucción.

“El objetivo siempre ha sido que sean de uso para los compañeros maestros. Nosotros consideramos que tiene que ser así porque son espacios ganados en la lucha de la Sección 22”, comentó el dirigente en entrevista con este diario.

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