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Militares y policías desmantelaron y detuvieron a un grupo de la delincuencia organizada que operaba en la Policía Municipal de Zihuatanejo. Se trata de 45 personas que hacían funciones de agentes sin pertenecer a la corporación.

Alrededor de las 7:00 de la mañana, elementos de las fuerzas federales y estatales, así como agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Fiscalía General del Estado (FGE) implementaron un operativo en la comandancia de Zihuatanejo.

Por más de siete horas, encuartelaron a los agentes municipales para revisarles armas y su identidad. En la pesquisa ubicaron a tres personas que hacían funciones operativas dentro de la corporación, sin pertenecer a ella; 27 hombres que portaban uniformes, armas, botas y placas, pero que no eran policías, ni estaban inscritos en la Plataforma México, donde están registrados todos los agentes del país.

Además, detectaron a otros 15 policías municipales que reprobaron los exámenes de control y confianza, pero que continuaban en funciones.

El vocero del Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, informó que desde hace dos días se detectó la presencia de estas personas dentro de la corporación.

Álvarez Heredia indicó que el alcalde Gustavo García Bello fue quien alertó a las autoridades sobre la infiltración en la corporación. El vocero precisó que la Policía de Zihuatanejo no tenía un director a cargo.

Los 45 detenidos fueron trasladados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Acapulco, porque son acusados de delitos tanto del orden federal como común.

Mientras estuvieron detenidos, los policías municipales a través de videos denunciaron que militares y elementos los tenían “secuestrados”.

Un agente denunció que en el encierro no les dieron agua ni alimentos, y que no los dejaron salir pese a que militares y policías ya habían revisado sus armas. Afuera de las instalaciones, familiares de los agentes protestaron y exigieron que les permitieran verlos.

El pasado 25 de abril, hombres armados vestidos de policías atacaron un módulo de seguridad en Ixtapa Zihuatanejo, en donde murieron tres agentes municipales y tres más resultaron heridos. Entre los asesinados estaba el comandante Pablo Hurtado.

Los hombres armados llegaron a bordo de camionetas particulares y dispararon contra el módulo de la policía municipal.

El módulo de seguridad está ubicado en el centro de Ixtapa, la principal zona turística de la región de la Costa Grande, donde en los últimos días la violencia ha sido recurrente.

De acuerdo con empresarios del lugar, este año han cerrado por lo menos 15% de los comercios y las ventas se han reducido hasta 40%.

La causa de los cierres y las pérdidas se deben a las violencia que ha azotado al destino turístico y a las extorsiones, como lo ha denunciado el sector empresarial.

El año pasado en Zihuatanejo la violencia dejó un saldo de 96 asesinatos y en éste la tendencia sigue, por lo menos han ocurrido unos 50 crímenes. Este destino no está incluido en el operativo especial que implementó la Federación para atender a los 50 municipios más violentos del país, por ahora sólo está el puerto de Acapulco, Chilpancingo, Chilapa, Iguala y Coyuca de Benítez.

El pasado 8 de abril, en el interior de La Malkerida murieron cuatro personas y dos más quedaron heridas a tiros. Ocho días después, La Malkerida amaneció hecha cenizas. Tres locales se consumieron y los otros cinco quedaron con daños parciales.

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