Para evitar que niños, adolescentes y jóvenes sean “devorados” por desafíos como el de “La Ballena Azul”, que surgió a través de redes sociales, es fundamental que de los padres de familia se involucren y tengan conocimiento de los pasatiempos de sus hijos, lo anterior de acuerdo con la Unidad de Servicios de Inteligencia de la Procuraduría de Michoacán.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Israel Patrón Reyes, director general de esta dependencia, hizo un llamado a los padres de familia a supervisar la actividad internauta de los menores, y emitió una serie de recomendaciones para detectar conductas inusuales, con el fin de detectar si algún menor forma parte de dicho desafío.
Vigilen uso de redes
Los menores suelen utilizar estas plataformas para insultar a otros usuarios, compartir contenidos violentos o que hagan alusión a un estado de ánimo depresivo en sus propias publicaciones.
Uso excesivo
Es importante tener en cuenta si un joven pasa demasiado tiempo con el celular, computadora o tableta; sin hacer constar que se trate de complementar sus actividades escolares.
Conducta irritable
Los jóvenes pueden presentar molestia cuando se les pide que disminuyan el tiempo que pasan utilizando aparatos digitales y muestran apatía o negación definitiva al solicitarles que realicen otra actividad.
Revisar partes del cuerpo
El especialista pidió brindar especial atención en este punto, ya que los jóvenes pueden cubrirse algunas partes del cuerpo, como piernas y brazos debido a la práctica de cuting (cortes en la piel).
Aislamiento
En este caso, el joven pasa tiempo indefinido en una zona apartada cómo su habitación, y no desea realizar cualquier actividad que le exponga a estar con los demás miembros de la familia; en ocasiones tienen nula comunicación con ellos.
Estado de ánimo
Luego de estar en su propio espacio por horas y repentinamente pretender ir al exterior sin motivo aparente y sin compañía; es importante detectar esta conducta pues pone en evidencia la realización de alguno de los retos.
Ser antisocial
Los menores se apartan de la compañía de los demás, no tienen amigos físicos y sólo se comunican con “amigos virtuales”. Esta es de las principales trampas que utilizan los captores para que caigan en este tipo de “juegos” cibernéticos.
Personalidad
El presentar altibajos en sus estados de ánimo, ir desde un estado de euforia y al día siguiente no querer cruzar palabra con los demás o no querer salir de su espacio personal; aquí también se involucran el consumo de sustancias químicas ilegales o fármacos.
En ocasiones las principales razones es que se encuentren en una familia disfuncional o, en su defecto, descuido de sus padres; estas son variantes que los hacen vulnerables a caer en este tipo de juegos, en los que atentan contra sí mismos.
Otras recomendaciones
El especialista resaltó que una vez analizados los patrones sicológicos de conducta de las víctimas, pudieron determinar que es necesario que todos los niños, adolescentes y jóvenes estén bajo vigilancia de sus familiares más cercanos.
Recomendó, primero ser padres y madres preocupados, responsables y vigías para evitar que los menores sean víctimas de juegos en los que pongan en riesgo su integridad.
Por ello, los padres de familia deben buscar la forma de actualizarse sobre los temas de ciber seguridad, acompañar a los menores en la navegación por internet y conversar con ellos sobre los peligros a los que se pueden enfrentar en la red.
Israel Patrón, también sugirió fijar horarios y reglas determinadas para el uso de internet y aparatos electrónicos, de preferencia en horarios en los que puedan ser supervisados.
Use una aplicación
También recomendó una aplicación que se puede adquirir gratuitamente, es fácil de instalar y a través de esta se puede limitar y proteger el uso de las redes sociales y sitios web a los niños, adolescentes y jóvenes.
Se trata de la aplicación “Can Nine” (perro nueve), que tiene como escudo a un perro vestido de policía, es un programa especializado mediante el cual los padres de familia pueden dar seguridad a la navegación de los menores, mediante el cual se puede evitar que los menores accedan a contactos o páginas peligrosas.
“Este control parental genera que a los menores y jóvenes se les pueda poner horarios restringidos en el uso de internet y el propio programa los limita a ingresar a sitios de pornografía infantil o que generen un peligro para ellos”, describió.