En el restaurante Bistro Miro, enclavado en el centro de la ciudad, en la mesa en la que acostumbraba sentarse el periodista Javier Valdez Cárdenas para disfrutar del café por la mañana, revisar sus correos y preparar sus trabajos, fue colocada una taza con un vaso de agua y una flor de cempasúchil.

La figura del periodista del Semanario RìoDoce y corresponsal de La Jornada, quien el lunes pasado fue asesinado a tiros por la calle Riva Palacio en el segundo cuadro de la ciudad, fue recordada en este restaurante, del cual era asiduo cliente.

Era su costumbre por las mañanas pasar al Bistro Miro a tomar café y a platicar con amigos. Siempre ocupaba una pequeña mesa con dos sillas, muy pegada a la pared y cercana a la área donde se prepara el café de los comensales.

A Javier Valdez lo recuerdan sobre todo el personal femenino, el cual es el que mayor tiempo tiene en la prestación del servicio, como una persona alegre, bromista, el cual degustaba su café de la mañana y partía después a sus oficinas, al semanario o a realizar alguna entrevista.

Una de las jóvenes que brinda servicio en mesa, a quien prefiere que la llamen Laura “N”, dijo que no entiende como fue asesinado, puesto que lo conocía desde hace más de un año, como cliente frecuente con el que bromeaba.

Los comensales más asiduos, como los juristas cuyos despachos se ubican en el primer cuadro de la ciudad, lo recuerdan como una persona cortes, la cual tenía una amplia gama de amistades con las que convivía en este restaurante.

El Bistro Miro ocupa una de las antiguas casas del centro de la ciudad, en la calle Rafael Buena, donde es común que jóvenes estudiantes acudan a él, en reuniones de trabajo o para departir.

afcl

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