Debido a los estragos de salud por no consumir alimentos durante más de dos semanas, la enfermera Karla Gloria Sevilla Culebro abandonó la huelga de hambre que sostenía afuera del hospital “Rafael Pascacio Gamboa” en Tuxtla Gutiérrez junto a otras ocho trabajadoras del sector estatal de salud, informó María de Jesús Espinosa de los Santos, una de las voceras del movimiento.

En contraparte, este martes se sumaron a la “huelga de hambre solidaria” las enfermeras Marintia Argüello López y Patricia López Orozco en sustitución de Carlos Gómez Chambé y Humberto Gutiérrez Medina. Cabe recordar que el ayuno por solidaridad, que se releva cada 24 horas, se instala a un lado del campamento de las enfermeras ayunantes.

Médicos especialistas indicaron a Sevilla Culebro que de manera urgente suspendiera el ayuno forzado para cuidar otras complicaciones graves.

Lo anterior porque, indicó Espinosa de los Santos, se le diagnosticó alteración gástrica, es decir “sangrado del tubo digestivo bajo, taquicardia, hipertensión e insomnio”, precisó.

La trabajadora de la Secretaría Estatal de Salud fue traslada a su domicilio, donde es atendida por los médicos y se le suministra alimentación restringida.

Al cumplirse hoy 16 días de ayuno y tras el retiro ayer por la tarde de Sevilla Culebro, quedaron en ayuno ocho compañeras suyas.

Dos de ellas, María Cielo Gramajo Cundapí y Gabriela Mayanín López Cruz, también son reportadas delicadas de salud, con “síndrome de desgaste” por lo que permanecen aisladas en una casa de campaña adjunta para no exponerlas a la intemperie, dado los riesgos que presentan por debilidad extrema y deterioro inmunológico.

Las otras ayunantes que “sostienen la resistencia” son: Verónica Zenteno Pérez, Rosy Eroyda Pérez Lázaro, Nelly Ivonne Castillo Esobar, Claudia Liseth Martínez Camacho, Emma Escobar López y Elisabeth Hernández Pereira, ésta última de la sociedad civil organizada involucrada en respaldo al movimiento de las inconformes.

El “síndrome de desgaste” se manifiesta con dolores permanentes gástricos y de cabeza, pérdida de equilibrio, de peso corporal y también con padecimientos articulares (calambres), reflujo esofágico y nauseas.

A esas dolencias y malestares se agregan las diarreas, cansancio extremo, dolor ocular, hiper sensibilidad a la luz solar, visión borrosa y neuritis (inflamación de nervios y vasos sanguíneos), detalló Espinosa de los Santos.

El conflicto de enfermas y trabajadores de la Secretaría de Salud se encuentra en un paréntesis de acusaciones y señalamientos mutuos, pues mientras los inconformes aseguran que el gobierno ha cumplido apenas el 20% por ciento de los requerimientos, éste sostiene que se tiene un avance gradual superior al 80%, principalmente en abasto de medicamentos e insumos.

afcl

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