Entre acusaciones de privilegios para los patrones, el rechazo al gasolinazo, la cancelación de contratos a maestros, exigencias de mejoras salariales y de prestaciones laborales, transcurrió el desfile del 1 de mayo en el estado de Hidalgo, donde caminaron por las calles de la ciudad alrededor de unos 50 mil 500 integrantes de sindicatos oficiales, independientes y organizaciones sociales.
El desfile que inició desde las siete de la mañana, se llevó en calma, pero no faltaron las consignas en discursos y mantas, donde se dio a conocer la oposición de los trabajadores de Telmex, quienes acusaron que la empresa "se está dividiendo en dos" y advirtieron que esta no es la solución para mejorar las tarifas. Los trabajadores adelantaron la posibilidad de irse a huelga, a la que se sumarían, en apoyo, los obreros adheridos al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y algunos grupos campesinos.
Del total de trabajadores que desfilaron, 50 mil fueron maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el resto de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Movimiento contra el Gasolinazo y la Carestía, los sindicatos de telefonistas y electricistas, así como de la Central Campesina.
Las demandas de los maestros de la CNTE fueron el cese de contratos; se denunció que en la entidad cada día crece más esta modalidad y actualmente hay cuatro mil profesores en esta situación, quienes han perdido todos los derechos laborales.
El líder de la CNTE, Armando Azpeitia, acusó que los contratos que inició la Secretaría de Educación por dos años pasaron a ser de un año, luego de seis meses y han llegado a ser de sólo un mes. Destacó que hay casos donde sólo son convenios laborales, en los cuales la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado puede invalidarlos en cualquier momento.
Integrantes del SNTE exigieron mejor calidad en los servicios médicos, la cancelación de las claves de educación básica, así como médicos especialistas para las clínicas de salud. En el caso de los campesinos se acusó el desmantelamiento del campo, y también se rechazó el incremento a los combustibles.
iha