El Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) condenaron en enfrentamiento en la comunidad purépecha de Arantepacua, Michoacán, ocurrido los días 4 y 5 de abril, que dejó cuatro campesinos muertos.
Ambas organizaciones acusaron al gobernador perredista Silvano Aureoles de “traicionar” a los comuneros cuando una comisión buscaba el diálogo con el gobierno michoacano.
Por medio de un comunicado afirmaron que que antes de los hechos "centenares de granaderos y decenas de camiones obstruyeron el tránsito a los campesinos cuando se dirigían a Morelia en la búsqueda de acuerdos para resolver un conflicto agrario".
Sostuvieron que fueron “traicionados” cuando la comisión negociaba con el gobierno. Contingentes policíacos del estado y fuerzas federales atacaron a la comunidad y “abrieron fuego” para detener a los comuneros.
El CNI y el EZLN denunciaron que además hubo un número no precisado de heridos, dos de ellos, de gravedad. De acuerdo con el comunicado, 38 lugareños fueron detenidos, 18 más fueron arrestados un día después por delitos “fabricados” para “criminalizar” la exigencia de sus derechos.
Las dos organizaciones se solidarizaron con el dolor de los deudos y confiaron que el castigo a los culpables surgirá de “la dignidad, la resistencia y la rebeldía” de los pueblos ante las estrategias de “ los malos gobiernos” que piensan que “esparciendo el terror” en las comunidades indígenas “ acallarán” a los pueblos.
El CNI, el EZLN, y la asamblea comunal de Arantepacua se pronunciaron por el cese de “la represión” en Arantepacua y las comunidades purépechas de la región, por la libertad de los detenidos, justicia para las víctimas y reparación de daños.
iha