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Alexander murió el sábado 22 de abril al mediodía. Cuando realizaba labores del campo, en la comunidad de “El Mirador”, del municipio de San Pedro Mártir Quiechapa, un grupo de 40 personas armadas los emboscó en el monte. Junto con él murieron otras cuatro personas. Alexander tenía 16 años y quería ser sacerdote. La muerte del adolescente es resultado de un conflicto añejo.
Desde hace 40 años Santiago Lachivía, perteneciente al municipio de San Carlos Yautepec y San Pedro Mártir Quiechapa disputan alrededor de 2 mil 699 hectáreas de tierra. La riña territorial se dirime en el expediente 465/2012, en el Tribunal Unitario Agrario número 21, con sede en la capital. En Oaxaca, persisten al menos 300 conflictos agrarios, 30 de ellos violentos. El adolescente Alexander fue víctima de uno de ellos.
Pide justicia. El padre de Alexander, Casimiro Montes, aparenta rudeza. Una gorra cubre su curtido y moreno rostro. Pero cuando recuerda a su Alexander, suelta el llanto: “Exijo justicia, mi hijo tenía apenas 16 años; no es justo que lo hayan matado de esa manera”, dice el campesino, que se lleva las callosas manos a la cara para enjugar
sus lágrimas.
El miércoles, autoridades y familiares de las víctimas protestaron en el zócalo de la capital de Oaxaca para denunciar que no ha habido la suficiente atención por parte de la autoridad estatal ni castigo a sus atacantes, los pobladores de Santiago Lachivía.
Además del lío agrario, “fue también por el narcotráfico, por allá se siembra mucha droga; ellos traían armas de grueso calibre y nos emboscaron”, dice el edil de San Pedro Mártir Quiechapa, Luis Juárez Pérez, quien señala que sus vecinos protegen cultivos de amapola y mariguana, por lo que pide a las autoridades federales investigar.
Asesinaron a niños. El lunes, los pobladores recibieron un funeral en su natal Quiechapa. El cortejo llegó acompañado de muchas flores, música y un ataúd blancos. Pero don Casimiro Montes Romero no está tranquilo. El campesino está en el zócalo de la capital para protestar en la sede del Congreso local. Muestra una pancarta con las dos manos: “No se puede llamar persona a quien asesina niños. Hoy Oaxaca llora”.
Alexander era el sexto hijo de Cristina Aguilar y Casimiro. “Él quiso ser sacerdote; le dije: yo te doy todo el apoyo en lo que quieras, pero ya no pudo serlo… Pido justicia, un inocente no debe morir así”, remarca entre sollozos.
Cristino Montes Martínez aparenta mayor dureza. Sombrero negro, bigotes largos. Rostro serio. Su hijo, Adalberto, fue el otro adolescente de 17 años, que fue asesinado en el ataque.“Lo acribillaron inocentemente; no llevaba armas, murió como un héroe, no tenía con qué defenderse. Lo mataron a sangre fría, son unos cobardes”, dice.