Aunque su nombre y las razones de su muerte permanecen en secreto por formar parte de una carpeta de investigación, él se convirtió en el primer donador de órganos, víctima de un homicidio doloso.


En Morelia, Michoacán, un hombre de 22 años recibió un disparó de arma de fuego en la parte posterior de la cabeza. Como resultado de la agresión, el joven llegó a los servicios médicos con respiración artificial. Su cerebro dejó de trabajar y se fue apagando hasta llegar a la muerte encefálica.


Dos días después, por decisión de su familia, se convirtió en donador de órganos.


La donación de las dos córneas y los dos riñones del joven  fue posible gracias a la aplicación del Protocolo Estatal de Donación de Órganos y Tejidos con fines de Trasplante en el Sistema Penal Acusatorio, luego de que la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán (PGJE) dictaminó que no existía inconveniente para la extracción de los órganos.


Por tratarse de un caso médico legal, pues la pérdida de la vida del donante está relacionada con la averiguación de un delito, se solicitó la intervención del Ministerio Público (MP) y las autoridades judiciales.


Una vez que se determinó que la causa de la muerte no se encontraba en los órganos susceptibles de donación, y que este procedimiento no interfería en las investigaciones y el esclarecimiento de los hechos, el agente del Ministerio Público emitió un acuerdo de no inconveniencia para la extracción de los órganos.


En entrevista con EL UNIVERSAL, Pedro Gutiérrez Gutiérrez, coordinador de Servicios Periciales de la PGJE de Michoacán explica que luego de que se certificara la muerte encefálica del joven, y personal del Hospital General de Morelia “Dr. Miguel Silva” realizara la extracción de los órganos, un grupo multidisciplinario de especialistas en medicina legal se encargó de la necropsia que marca la ley para estos casos.


El miércoles 26, a la una de la tarde, personal pericial certificó que “la causa del deceso fue laceración de encéfalo por penetración de proyectil de arma de fuego en región occipital”. Gutiérrez explicó que en las pesquisas participaron especialistas en medicina legal, química, fotografía forense y dactiloscopia. Además, confirmó que la donación fue resultado de la decisión de los familiares.


Pedro Gutiérrez, quien es maestro en Derecho, explica este caso pudo llevarse a cabo gracias a la aplicación del nuevo Protocolo Estatal de Donación de Órganos y Tejidos con fines de Trasplante, el cual se aplica desde finales de 2016 y que está próximo a publicarse de manera oficial.


Este protocolo responde a la implementación del Sistema Penal Acusatorio, y en palabras de Gutiérrez Gutiérrez, busca facilitar los trámites de la donación y agilizarlos, pues “aumenta la capacidad de respuesta inmediata y evita la tramitología”.


De acuerdo con cifras del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA), en 2016 se registraron un total de mil 986 donaciones concretadas de personas fallecidas, 851 de ellas renales. De esos donantes fallecidos, mil 479 murieron por paro cardiorespiratorio y 507 por muerte encefálica, justo como el joven que recibió el tiro de gracia el lunes pasado.

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