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De pronto varias manos posan sobre su cabeza y los cuerpos se agolpan a su alrededor. Enseguida surgen plegarias para pedir protección divina ante el acoso político, dicen, que enfrenta constantemente como alcalde de Cuernavaca.
En esa esfera espiritual se ve al edil Cuauhtémoc Blanco sereno, pero apenas terminan los discursos y las citas bíblicas de los pastores evangélicos, el alcalde es avisado que un grupo de comerciantes “afines al líder estatal del PRD”, diría más tarde, bloquean los accesos al palacio municipal para denunciar supuestos actos de corrupción de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico.
Blanco cancela su discurso, pero se toma la foto obligada con los representantes de la Alianza Ministerial Evangelista del Estado de Morelos para quedar constancia de ese encuentro organizado por el dirigente nacional del Partido Encuentro Social (PES), Hugo Eric Flores Cervantes.
Como militante del PES, partido de corte conservador e integrado por grupos evangélicos y cristianos, Blanco Bravo recibe el apoyo del partido; justo cuando su nombre fue mencionado en las investigaciones sobre el crimen del empresario organizador de la Feria de Cuernavaca, asesinado el 6 de abril en una cabalgata previa.
La influencia de los grupos evangélicos en el estado supera el 20% de la población de Morelos, considerando que el censo poblacional de 2010 arrojó que un 22% de la población profesa una religión distinta al catolicismo. Según el censo de 2015, la población de la entidad es de un millón 903 mil habitantes. Blanco comparte el desayuno con el pastor David Solis cuyas bendiciones alcanzan para proyectar a Blanco Bravo como gobernador de Morelos. Otro de sus compañeros de plano pide la fuerza espiritual suficiente para encumbrar al Cuau a la Presidencia de la República. “Es una fe que ellos tienen”, responde el ex futbolista, pero de inmediato afirma que su compromiso es con la presidencia municipal y “más adelante veremos a ver qué Dios dice. Lo que me importa ahorita es la gente al 100%”, asegura. Pero el alcalde se muestra contento con las oraciones que “ya necesitaba” para encarar las adversidades procedentes, dice, de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y el dirigente estatal del PRD, Rodrigo Gayosso Cepeda, hijastro del gobernador Graco Ramírez.
“Tengo muchos enemigos en el Congreso del estado, pero los mas fuertes son [Rodrigo] Gayosso y el gobernador [Graco Ramírez]”, acentúa. Dice que los ataques se deben precisamente a su desempeño como presidente municipal y sus siguientes aspiraciones políticas.
—¿Y de la mención de tu persona en el caso del empresario asesinado?— se le cuestiona.
“Realmente no sé si el agresor hizo esas declaración, pero si las hizo pues que me lo demuestre, y las autoridades también. Tengo un poquito de miedo a las autoridades [de Morelos], pero me gustaría que se fuera por PGR, que se mande a la Ciudad de Mexico, porque aquí todo lo tienes perdido; todo lo maneja el gobernador y es un peligro para mi situación. Yo no confío en las autoridades de Morelos.
—¿Y si te citan a declarar?
“Con gusto voy, no tengo nada que esconder”. Luego, retoma su lenguaje rudo y considera como una “estupidez” el llamado de algunos regidores para declarar ante el Ministerio Público (MP), respecto al homicidio del empresario Juan Manuel García Bejarano. “Es una estupidez que llamen a los regidores ellos no tienen nada que ver ni yo, es un tema mediático del fiscal Javier Pérez Durón y del gobernador Graco Ramírez”, expresó el edil.