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Viven en un paraíso, pero no van a la playa

El 60% de los habitantes de Cancún sólo disfrutan del mar una o dos veces al año, por factores como el trabajo, el transporte y el acoso de los guardias de los hoteles

Los cancunenses de entre 15 y 22 años son quienes acuden con mayor frecuencia al mar. Los habitantes de clase media son los que también visitan más estas playas mexicanas. (FOTOS: ADRIANA VARILLAS. EL UNIVERSAL)
22/04/2017 |00:22Adriana Varillas / corresponsal |
Redacción El Universal
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estados@eluniversal.com.mx

Anualmente Cancún recibe a 4 millones de turistas al año, pero casi 60% de sus habitantes sólo visita la playa una o dos veces al año, de acuerdo con un estudio sobre el uso del tiempo libre de los residentes de este destino turístico, elaborado por el Observatorio Urbano de esta ciudad.

De acuerdo con la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC), 4 millones de turistas, en promedio, vacacionaron en Cancún durante 2016, de los cuales, 80% lo hizo por sus playas.

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En la pasada temporada de Semana Santa más de 300 mil turistas nacionales y extranjeros visitaron Cancún, dejando una derrama económica de 400 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos de la OVC y de la Dirección de Turismo del ayuntamiento de Benito Juárez, que estimó que la ocupación hotelera rebasó 96%.

Pero las y los cancuneses prácticamente no van a sus playas. La muestra indica que 30.4% de la población va solamente una vez al año; 29.4%, en una ocasión cada seis meses; 27.8%, una vez al mes; 7.6%, las visita cada 15 días y únicamente 4.8% asiste una vez a la semana.

Los jóvenes de 15 a 22 años, son los que más van a la playa; le siguen los de 31 a 38, y los de 19 a 46 años.

“Quienes más asisten a la playa son la clase media, seguida de la clase baja y, por último, la clase media baja”.

Celina Izquierdo, representante del Observatorio Urbano, habla sobre el estudio y dice: “Es información relevante. Es un dato durísimo este de que en Cancún vayamos sólo una vez a la playa. Habrá a quien le puede parecer normal o menor, en el entendido de que no vamos a las playas, porque están a la mano, pero no es así. Lo primero que tendríamos que preguntarnos es, ¿de verdad las playas están al alcance de todas y todos?”.

La población local no va a las playas, subraya, porque aunque hay un esfuerzo para mejorarlas, la accesibilidad es un problema. El transporte es pésimo y, las familias deben tomar dos o varios camiones para llegar, con todo y hieleras, camastros y sombrillas.

Además, los guardias de seguridad de los hoteles, son una pesadilla, acosan a los residentes y, a ello se suma la percepción de saturación, detalla Izquierdo Sánchez.

La académica recordó un ejercicio con niñas y niños, a quienes se les pidió que dibujaran su entorno y cómo desearían que fuera: omitieron el mar.

“Nadie dibujaba el mar; aunque parece sorprendente muchas niñas y niños en Cancún no conocen el mar y éste no forma parte de su imaginario”, comentó la especialista.

Viven en un paraíso, pero no van a la playa

La ciudad que no descansa. Gaudencio Arias nació en el Estado de México, pero lleva 20 años radicando en este destino turístico. Como buen cancunenses, visita la playa cada que sus familiares o amigos de otros estados llegan de visita. De otro modo, se le dificulta conciliar horarios con su esposa e hijos.

“Creo que esa es la razón principal por la que los cancunenses no podemos venir a las playas tan hermosas que hay, porque nos dedicamos al trabajo, trabajo, trabajo… si no trabajas, no tienes cómo solventar lo económico”, expone, desde Playa Delfines, conocida también como Playa El Mirador.

Arias es de los que va a las playas sólo dos veces al año, aunque le encanta. “Me fascina la playa y a mis hijos más, ellos quisieran estar cada semana aquí, pero no hay la manera. El domingo que ellos están en casa, yo trabajo, entonces, ¿cómo? A veces tengo que cambiar mi día de descanso o pido permiso o viene un familiar de visita y eso nos obliga a tener que venir para sacar a la visita, ahí es cuando aprovechamos”, dice.

En su opinión, las empresas deberían dar preferencia a los jefes de familia, hombres y mujeres, para que descansen los fines de semana y puedan dedicar más tiempo a su familia.

“Trabajo en la hotelería y me encantaría que me dieran los domingos para que pueda disfrutar de mis hijos, de las playas, de Quintana Roo”, indica.

El informe. Como parte del estudio respecto al uso del tiempo libre, actividades de recreación y espacios públicos en Cancún, se realizó una encuesta segmentada por edad —de 15 hasta 60 años—, sexo, ocupación y sector, a manera de muestra representativa respecto a una población de 438 mil 213 habitantes de Cancún —no del municipio— conforme al Censo de Población y Vivienda 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El nivel de confianza de la muestra, que abarca un universo de 3 mil personas encuestadas es de 98.5%, con un margen de error de 2%, con una tasa de no respuesta de 30%.

Del total de las personas encuestadas, 64.4% fueron mujeres y 35.6% hombres, ya que aunque los cuestionarios se aplicaron casa por casa en horarios distintos, la presencia de las mujeres jóvenes y adultas fue mayor.

El rango predominante de edad fue de 15 a 22 años (26.6%), seguidas por las personas de 29 a 46 (20.8%) y en un porcentaje similar la gente de 23 a 30 años (17.8%); 17% fueron personas de 31 a 38 años.

Con base en las respuestas, 28.9% de los encuestados nació en el estado de Quintana Roo; 25.5% en Yucatán, pero ya con varios años de residir aquí, lo mismo que 9.8% de nacidos en Veracruz, 9.6% son originarios de Tabasco y 7.9% son de Campeche, pero radican ya en Cancún.

Un 6.2% proviene del estado de Chiapas, 3.1% de la Ciudad de México y 1.8% de Guerrero; además de 1.6% de Oaxaca, 1.5% de Puebla y 1% por ciento del Estado de México.

El 44.7 de las personas encuestadas trabajan y son varones; 32.6% son mujeres que se dedican a las labores del hogar; 12.3% son estudiantes —la mayoría son hombres— y 10.5% son personas desempleadas, específicamente hombres, lo que se resalta en el estudio, puesto que se trata de dos de cada 10 ciudadanos que no estudian ni trabajan.