Conmovidos hasta las lágrimas, con silencios y por momentos aplausos, despidieron familiares, amigos y colegas reporteros a Maximino Rodríguez Palacios, asesinado a tiros ayer en La Paz, Baja California Sur.

Por la madrugada fueron llegando familiares y compañeros al velatorio donde esta mañana montaron guardias en honor de Max Rodríguez, de 72 años, quien se desempeñó como reportero y en tareas de Comunicación social en BCS por casi 50 años.

Los reporteros que cubren la fuente policíaca en diversos medios locales se mostraban consternados y visiblemente afectados por los hechos, toda vez que es la primera ocasión en que un periodista es asesinado en este contexto en Baja California Sur, una entidad que no figuraba en el panorama nacional entre las zonas más violentas, pero cuyo estatus cambió hace tres años.

Amigos y compañeros acompañaron a sus hijos, nietos y quien fuera su esposa, Raquel Romo, reconocida periodista en BCS, ya retirada.

Pedro Mazón Benitez, reportero y secretario de la Asociación de Reporteros Sudcalifornianos A.C. (Arsac) leyó su semblanza y destacó su trabajo al impulsar medios de comunicación en la entidad.

Reiteró la condena del asesinato y el reclamo de justicia. Al mismo tiempo advirtió que se percibe, dijo, que autoridades de los tres niveles de gobierno no están acompañando a la familia como se requiere, con medidas de protección.

Al concluir las guardias, el cortejo fúnebre se dirigió al panteón “Jardines del Recuerdo”, donde los restos de Max Rodríguez fueron sepultados, entre palabras de consuelo y agradecimiento de sus nietas adolescentes.

Llamó la atención de los presentes el sobrevuelo en la zona, por varios minutos, de un helicóptero de la Secretaría de Marina,

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