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La enfermera Gabriela López Cruz se sumó ayer a la huelga de hambre que sostienen ocho compañeras suyas en demanda de la restitución de pagos de prestaciones descontadas y no aplicadas, reinstalación laboral, abasto de medicamentos e insumos en hospitales, clínicas y casas de salud.
Este martes, se cumplen nueve días de que cinco enfermeras iniciaron un ayuno indefinido en la entrada principal del hospital Rafael Pascacio Gamboa. Cada 48 horas se ha sumado una ayunante más.
El pasado domingo, cinco de las enfermeras se sellaron los labios con cinta adhesiva, para no ingerir líquidos, que es como estaban sobreviviendo.
Ayer, las ayunantes informaron que una ha presentado sangrado de tubo digestivo bajo, pero —añadieron— no se amedrentan, pues ya lo tenían previsto desde que iniciaron el ayuno.
López Cruz dijo que se suma al movimiento convencida de que “la lucha emprendida es justa y necesaria”.
Las enfermeras en huelga de hambre son Cielo Gramajo Cundapí, María de Jesús Espinosa de los Santos, Ivonne Castillo Escobar, María Isidra Orozco Sánchez y Verónica Zenteno Pérez.
Participan también Emma Escobar López, Tania Ventura y Sandra Lidia Arellano, además de Gabriela.
Espinosa de los Santos reiteró que cada 48 horas se integrará al movimiento una enfermera más por la falta de respuestas y solución a sus demandas, pese a las rondas de diálogo, en las que las propuestas del gobierno se han reducido “a puras palabras”.
En un comunicado, informaron que se integraron al diálogo con el gobierno estatal, representantes del centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Espinosa de los Santos rechazó que se politice el movimiento “porque sus demandas son dignas y justas.
“Buscamos que el gobierno nos reintegre más de 700 millones de pesos que durante tres años nos ha malversado al descontarnos rubros de vivienda, seguros de vida e impuestos, entre otros”, afirmó.
Levantan paro. Unos 3 mil trabajadores de la Secretaría de Salud pusieron fin este martes a un paro de labores que mantuvieron por siete meses en demanda de que a los hospitales y clínicas se les surta de medicinas y se les restituya más de 134 millones de pesos de salarios, de prestaciones, pago de seguros y otros servicios.
La finalización del paro de labores se logró después de un diálogo entre los líderes de la Subsección 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTS) y el secretario de Salud, Francisco Ortega Farrera.
El diálogo se llevó a cabo en el hospital regional María Ignacia Gandulfo, donde los trabajadores mantenían carpas desde octubre pasado, cuando decidieron iniciar la protesta.
El secretario general de la Subsección 50 del SNTS, Gabriel Castillo, informó que consiguieron poner fin al paro que realizaron trabajadores de nueve municipios que laboran en dos hospitales regionales, dos hospitales básicos, nueve centro de salud y varias decenas de clínicas comunitarias, al alcanzar acuerdos con Ortega Farrera.
El secretario de Salud dio a conocer que se hicieron dos pagos a aseguradoras, pero no se puede cubrir el total del dinero porque la secretaría no puede mover recursos de 2017 por ahora, pero en los siguientes semanas se cubrirán dos meses más, hasta regularizar los adeudos en el mes de junio.
Además la Secretaría de Salud estableció diálogo con 22 de las 42 empresas crediticias con el fin de cubrir adeudos y en los siguientes días entablarán diálogo con las compañías que aun están pendiente.
Castillo dijo que Farrera González se comprometió a abastecer de medicinas a las farmacias de los hospitales regionales María Ignacia Gandulfo y el de la Mujer y será este miércoles cuando los hospitales empiecen a funcionar con normalidad.