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Morelia.— Viridiana, de 29 años, madre primeriza y originaria de Uruapan, acusa que a su hijo —quien nación prematuro— le detectaron en una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), desprendimiento de retina en ambos ojos y le advirtieron que no volverá a ver, tres meses después de que fue dado de alta.
Describe que no sólo hubo negligencia médica en la clínica donde nació, sino discriminación en una guardería, también del IMSS, en la que intentó ingresar a su pequeño Óscar y a la cual inicialmente le fue negado el acceso por ser invidente.
La delegación del IMSS en Michoacán aseguró que sus médicos brindaron la atención debida al caso y que no hubo negligencia, ni discriminación.
El caso. Viridiana señala que su bebé nació prematuro, de 31 semanas de gestación y tuvo que estar 35 días en incubadora, en el Hospital General de Zona número 8 del IMSS. Dice que no entiende por qué los médicos detectaron hasta después un problema tan grave. Lo anterior, a pesar de que el 30 de noviembre de 2016, el bebé fue dado de alta con el argumento de que había una “mejoría clínica” y que en el certificado de nacimiento emitido por el hospital un mes antes, el 26 de octubre, no presentaba “ninguna aparente” anomalía congénita.
El 8 de diciembre, Viridiana y su hijo fueron recibidos en Pediatría donde, a decir de la mamá, la doctora que vio a su hijo le dijo solamente que notaba “luces” en los ojos de Óscar, pero la cita con el oftalmólogo fue “hasta el 16 febrero y no estaba el especialista: me la dan hasta el 27 de febrero, le hace el procedimiento y ahora sí ya lo revisa más a detalle”, cuenta.
A pesar de la revisión, el oftalmólogo, Héctor Javier Ayala Sánchez, diagnosticó que el menor presentaba “catarata en el ojo derecho y ojo izquierdo con retinopatía del prematuro”. El pequeño Óscar fue enviado de urgencia a Guadalajara con un especialista y, 48 horas después, el cirujano oftalmólogo José de Jesús Ponce Morales, especialista del Centro Médico Nacional de Occidente, les dijo que el niño tenía desprendida la retina. El especialista especificó que si su bebé hubiese sido diagnosticado y atendido en las primeras semanas de nacido, hubiera recuperado su vista. Además, a Viridiana le negaron en dos ocasiones el ingreso de su hijo a la guardería Paulita, por la discapacidad visual. La madre interpuso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, donde fue turnada a la CNDH.