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Obligada por una recomendación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), la Fiscalía de Quintana Roo ofreció hoy una disculpa pública a Héctor Casique, apresado y torturado durante el gobierno del ex gobernador Roberto Borge, para inculparse como supuesto autor material del multihomicidio en el bar “La Sirenita”, en una región popular de Cancún, el 14 de marzo de 2013.
La ceremonia se llevó a cabo a las 13 horas de hoy en la Visitaduría del organismo en la zona norte, en donde Casique Fernández y su madre, Yaskade Fernández, rechazaron la disculpa verbal de la vicefiscal Rosaura Villanueva, al considerarla “una mentada de madre”, ya que los 43 policías judiciales que torturaron a Héctor, no sólo siguen libres, sino además permanecen en sus puestos dentro de la Policía Ministerial.
“Las disculpas son meramente una formalidad, porque es un protocolo que debemos de seguir, pero realmente no las acepto, es absurdo, es una ridiculez; no está aquí el señor Fiscal (Miguel Ángel Pech), quien tendría que estar aquí dando la cara; el dio su palabra que estaría acá.
“A mí no me interesa si tiene otros compromisos o qué, tenía que estar aquí. Con esto me lo voy a echar de enemigo, pero a mí me vale ma..., tenemos muchos enemigos ya”, reclamó, delante de funcionarios de la Fiscalía, de la CEDH.
La disculpa pública emanó de la recomendación CDHEQROO/017/2015/II, que incluye la reparación del daño a las víctimas, Héctor Casique y Ezequiel Millán González, también presente durante el acto protocolario.
“En esta disculpa no dijeron ya respecto a reconocer mi inocencia, porque soy inocente, no tengo absolutamente nada que ver en el hecho que se me imputó y, sin embargo, la averiguación de La Sirenita sigue sin rendir frutos, no han encontrado a los culpables verdaderos, no se ha hecho nada y eso ya quedó así”, prosiguió, Héctor.
Durante su intervención, Casique Fernández reveló que fue golpeado, torturado y vejado en la cárcel de esta ciudad, por la presunta instrucción del entonces director de la Policía Judicial, Arturo Olivares Mendiola, quien actualmente se desempeña como director de Seguridad Pública de Isla Mujeres, gobernador por el priista, Juan Carrillo.
Olivares Mendiola –aseguró Casique- le exigió involucrar al entonces alcalde de Cancún, Julián Ricalde –militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD)- y a su hermana, Alicia –militante del Partido Acción Nacional (PAN)- con la delincuencia organizada.
El objetivo era dañar la imagen de ambos políticos y a sus partidos, en pleno proceso electoral, a fin de favorecer –afirmó- a Paul Carrillo de Cáceres, entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien contendía contra la perredista, Graciela Saldaña, por la presidencia municipal de Cancún.
En aquella época, Casique tenía 27 años; trabajaba en ayudantía para el gobierno de Borge y fue elegido para conformar un grupo –narró- que intervendría durante el proceso electoral a favor de Carrillo Cáceres.
Mendiola le ofreció ser jefe de escoltas del entonces candidato y le pidió 150 mil pesos; recibió la mitad y luego se negó. La relación se tornó ríspida.
“Todo fue un montaje de Mendiola y de algunos policías judiciales; eran tiempos de elecciones de Paul Carrillo, para el cual nosotros trabajábamos y teníamos un grupo para apoyar la candidatura; dentro de ese grupo hubo ciertos conflictos, Mendiola me quiso pintar como un delincuente, se pararon el cuello con la supuesta detención, todo el mundo quedó bien y a mí me hicieron a un lado.
“Era un grupo de amigos que estábamos apoyando la candidatura del PRI. A Mendiola le habíamos dado un dinero (de 75 a 150 mil pesos) para que nos dieran de alta en ayudantía y escoltar a Paul Carrillo (…) Se pagó a Mendiola porque nos iban a dar de alta para escoltara Paul Carrillo durante las elecciones”, detalló.
Una noche de marzo, en ese mismo año, Casique y Ezequiel, salieron de la discoteca “Mandala” en la zona hotelera; se detuvieron para comer un hot dog. De la nada, policías municipales quisieron revisarlos, se hicieron de palabras, los detuvieron por ultrajes a la autoridad y los condujeron a los separos de la Policía Judicial.
Después de golpearlos y torturarlos, al día siguiente despertaron con la noticia de que enfrentaban cargos por el multihomicidio en “La Sirenita”. A Casique lo bautizaron con el alias de “El Diablo” y lo encarcelaron.
“Después de que ellos me fabrican un delito, a los dos días de haber sucedido, sin haber hecho una investigación, me pintan como lo peor y en mi detención querían que hablara mal de Julián Ricalde, de Alicia Ricalde, de ‘Greg’, de Aiza Kaluf (entonces secretario de Seguridad Pública de Cancún).
“Todo fue mero momento político, que no sabían que hacer y eso les sirvió a ellos. Querían denostarme a mí, denostar a Julián, a la señora Alicia a Aiza Kaluf y era su manera de atacarlos a todos”, afirmó.
Carrillo de Cáceres –quien a decir de Casique, estaba enterado de toda la operación- ganó la elección y nombró como su secretario de Seguridad Pública, a Olivares Mendiola.
Durante su reclusión –tres años, seis meses y siete días- Casique padeció golpizas, le reventaron un oído, le dieron toques en los genitales, sufrió de violación sexual y se le detonó la diabetes.
También fue inducido a suicidarse bajo amenazas de asesinar a su madre o hermanas, quienes fuera de prisión enfrentaban la batalla legal para liberarlo y el hostigamiento de la autoridad estatal.
El 27 de agosto de 2015, la Sala Constitucional y Administrativa del Tribunal Superior de Justicia del estado (TSJ), ordenó ejercer acción penal en contra de los 43 agentes, entre quienes figuraban Olivares Mendiola y el entonces coordinador de Averiguaciones Previas, Arturo Álvarez Escalera, éste último, quien fue nombrado por Borge, años después, procurador del estado.
Si bien ninguno de los dos desempeñan actualmente cargos públicos, los otros policías judiciales, sí. Se ampararon, por lo que siguen en activo, justificó la vicefiscal.
La funcionaria fue increpada por Yaskade –madre de Héctor- quien le recriminó desconocer el estatus del caso, ya que –aseguró- los amparos fueron combatidos y “tumbados”.
La mujer también reprochó la ausencia del fiscal, Miguel Ángel Pech y la lentitud “del gobierno del cambio”, slogan de la administración del actual mandatario, Carlos Joaquín González, ya que todos los responsables de la tortura a Héctor y Ezequiel, se mantienen impunes y laborando para la administración estatal.
Héctor también reclamó al director Jurídico de la Fiscalía, Nahum Patiño, a quien toca girar la orden de aprehensión en contra de sus 43 probables torturadores, incurrir en omisión bajo el argumento de que “no soy una blanca paloma… pero tampoco soy el delincuente que pintaron”.
“Las órdenes de aprehensión contra los torturadores tienen que girarse ya; la Fiscalía sigue en desacato y va a terminar cayendo hasta el Fiscal actual, si es necesario. La Sala ordenó que se ejerciera acción penal contra 43 funcionarios por tortura y abuso de autoridad, no entiendo qué están esperando”, expresó Casique, quien agregó que él y su familia siguen padeciendo hostigamiento y amenazas, sin que el gobierno estatal ejerza acciones para proteger sus vidas e integridad.
“Hasta la fecha, por parte del gobierno del estado, ni de la Fiscalía nadie se ha preocupado por brindarle protección a mi familia (…) como ellos sí andan en blindada y traen escolta, les vale madre, pero no son así las cosas. Están actuando mal”, sostuvo.
afcl