En un par de semanas podría resolverse la situación de Ramón Bernal Urrea, profesor de la Preparatoria 10 de la Universidad de Guadalajara que fue videograbado por sus alumnos durante una clase en la que —argumentando un supuesto ejemplo del machismo— insultaba a las mujeres.

El rector de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla, informó que los órganos colegiados del Consejo General Universitario están revisando la actuación de todos los involucrados en el caso (tanto el profesor como los alumnos que lo grabaron, editaron el video y lo divulgaron en redes sociales) para determinar el grado de responsabilidad de cada uno.

“Ellos están haciendo acopio de todos los datos que tienen que ver con el hecho y una vez que concluyan su investigación determinarán si los hechos arrojan una causa de responsabilidad, si es así también tendrían que poner una sanción que puede ir desde amonestación, apercibimiento, suspensisón temporal o suspensión definitiva”, señaló.

Añadió: “Creo que todo esto se desahogará en una o dos semanas, porque hay que citar a la directora del plantel, a los miembros del colegio departamental, al propio profesor, a los alumnos que estuvieron ahí y a otros actores que estuvieron involucrados”.

Respecto a la estatus laboral actual del maestro, Bravo Padilla indicó que sigue dando las clases que le asigna la universidad, excepto en el grupo en el que fue videograbado para evitar alguna confrontación y no enturbiar las indagaciones de la Comisión
de Responsabilidades.

El rector recordó que en tanto no concluya el proceso al que fue sometido, el profesor tiene garantizados todos sus derechos de carácter laboral en la universidad.

En sus opinión, este caso ha planteado la necesidad de revisar algunas de las normas de la institución respecto al uso de teléfonos celulares en las aulas, puesto que hasta ahora cada plantel de la universidad se manejaba bajo criterios propios.

“En virtud de que se hizo totalmente generalizado [el uso de teléfonos celulares], estamos estudiando la posibilidad de que se emita un reglamento general para toda la universidad, porque prácticamente 100% de la comunidad universitaria utiliza estos aparatos y hay interrupción de actividades y otra serie de cosas que sí deben revisarse”, dijo.

Mencionó que hay universidades de otros países que prohíben el uso de teléfonos celulares tanto a los profesores como a los alumnos durante las clases, por lo que la Comisión de Normatividad del Consejo General Universitario también analiza el caso y prepara una propuesta al respecto.

Respecto a la posibilidad de que la universidad funja como mediadora entre el profesor Bernal Urrea y Efraín Rosales Sánchez —el alumno que publicó el video del profesor en Facebook— en caso de una eventual demanda por difamación, Bravo Padilla refirió que la UdeG no tiene obligación de hacerlo y si el maestro considera pertinente tomar ese camino está en su derecho.

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