Para esclarecer lo más pronto posible los crímenes brutales de tres mujeres de edad avanzada –dos de ellas hermanas—ocurridos en la ciudad de Múzquiz, el procurador General de Justicia del Estado (PGJE), Homero Ramos Gloria, se trasladó a la Región Carbonífera donde coordina las investigaciones de la policía tendientes a identificar y detener al o los responsables de este multi-homicidio, descubierto el lunes.

Según las primeras pesquisas, podrían haber sido al menos dos los victimarios de las tres féminas, mayores de 80 años de edad, quienes habrían entrado a robar a la casa, ubicada en la calle Socorro, en la zona centro de Múzquiz.

Una de las principales hipótesis de la investigadora es que posiblemente las víctimas reconocieron a los sujetos y estos las golpearon en la cabeza y en diferentes partes del cuerpo y decidieron ultimarlas a cuchilladas para que no los identificaran.

La necropsia de ley practicada a los cuerpos reveló que la causa de la muerte de Candelaria “N” de 86 años de edad, se debió a shock traumático por fractura de cráneo y traumatismo craneoencefálico severo.

El cadáver presentaba diversas heridas, laceración de la yugular externa derecha, fractura temporoparietal derecha, con fractura múltiple hundimiento y cabalgamiento”.

Su hermana Rosa María “N” de 75 años, también fue golpeada brutalmente y acuchillada hasta que perdió la vida, el médico forense dictaminó que su cuerpo tenía heridas múltiples de arma blanca en la tráquea y el hueso hioides –que está en la parte anterior del cuello, abajo de la lengua y tiene forma de herradura—y laceración de la yugular.

Ella falleció debido a que sufrió shock hipovolémico, hemorragia severa por laceración de arterias y venas del cuello.

Su amiga, María Elena “N”, de 71 años, quien esa noche se quedó a dormir con ellas, también fue ultimada a cuchilladas y golpes en la cabeza.

La necropsia reveló que perdió la vida debido a shock traumático por traumatismo craneoencefálico, con fractura de cráneo y sección medular

Fuentes cercanas a la indagatoria consideran que por la saña con que se cometieron los asesinatos él o los criminales andaban demasiado tomados o drogados.

Vecinos de las víctimas aseguraron a la policía que las mujeres eran unas samaritanas que ayudaban a los niños desamparados, eran benefactoras de la Casa Hogar y no eran ricas, pues vivían de su pensión.

Estaban solteras, nunca se casaron, tampoco tuvieron hijos y vivían con una hermana a quien conocen como “Pepi” la que salvó del ataque porque el fin de semana se fue de viaje a la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

Las autoridades esperan dar con el paradero de él o los asesinos de un momento a otro, sin embargo se reservan los resultados de las pesquisas que llevan a cabo para no entorpecer “el debido proceso” que establece el nuevo Sistema de Justicia Penal.

afcl

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