El asesinato de tres agentes especiales antisecuestros de Puebla ocurrido ayer jueves, provocó el inició de una cacería en contra de presuntos chupaductos que operan en varios municipios del llamado Triángulo Dorado.
Elementos de la Policía Estatal, Federal y de la Gendarmería Nacional, implementaron sendos operativos de captura de presuntos delincuentes en el municipio de Palmar de Bravo, principal base de operaciones de los chupaductos o huachicoleros, como se conoce a los integrantes de bandas dedicadas al robo de hidrocarburo.
La ejecución de los tres agentes de la Fiscalía de Secuestro y Delitos de Alto Impacto, generó que se pusiera en marcha operativo en comunidades, entre ellas La Encrucijada, donde se reportan al menos 50 personas detenidas y el aseguramiento de armas de fuego y vehículos.
Dentro del operativo, un elemento de la Gendarmería Nacional pereció en un accidente automovilístico, en el cual se vio involucrado un camión blindado “Rino” de la Policía Estatal que terminó envuelto en llamas.
Los informes señalan que el policía federal viajaba sobre la autopista Puebla-Orizaba en una trimoto abriendo paso al “Rino”, cuando frenó intempestivamente y fue arrollado por la unidad oficial.
Ayer jueves, rres elementos policíacos de la unidad antisecuestros de Puebla, se enfrentaron a tiros a un grupo delincuencial, sin embargo al verse superados fueron privados de la libertad y luego sus cuerpos aparecieron en un municipio de la zona montañosa central de Veracruz.
El triple crimen de los oficiales género gran consternación entre sus compañeros y agentes de otras corporaciones, pues enfrentaron con valentía a los delincuentes en un tiroteo que duró cerca de diez minutos en el municipio poblano de Atzitzintla.
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