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“Las balas perforaron las puertas y ventanas, alcanzaron un vehículo en la cochera y tumbaron fotografías familiares colgadas en la sala de nuestro hogar”, narra Antonio, quien vivió con su esposa y cuatro hijos, minutos de incertidumbre y zozobra por el enfrentamiento entre fuerzas federales y un grupo armado en el fraccionamiento Villas del Real, ubicado en el poniente de Culiacán.

En el enfrentamiento fallecieron cinco presuntos delincuentes y un elemento de la Marina, pero Antonio dice que él sólo se percató de dos cuerpos que quedaron frente a su hogar, en la calle Mariano Azuela.

Platica que eran cerca de las cuatro de la mañana y la familia dormía, pero los despertaron los disparos y ruidos de vehículos a gran velocidad que se escuchaban cuadras antes de la calle Princesa Amalia número 752, del fraccionamiento Villas del Real.

Antonio se enteró de que un comando que se resguardaba en el fraccionamiento Villas del Real fue sorprendido por elementos de la Marina y el Ejército que realizaban un operativo de vigilancia. Cuando les marcaron el alto, los delincuentes rafaguearon a los militares e intentaron huir.

La agresión fue repelida y comenzó una persecución, pero los hombres armados chocaron contra un auto estacionado, por lo que fueron alcanzados por las balas de los militares cuando trataban de darse a la fuga.

“Fue una madrugada de horror. Escuchamos cómo las balas penetraban el portón de la entrada y se estrellaban en las paredes... perforaban una ventana y pegaban en uno de los dos vehículos estacionados en la cochera tapada”, narra la esposa de Antonio.

Nerviosa, muestra las huellas de uno de los disparos que se incrustó en la pared de su sala, donde el cuadro con la fotografía de su esposo cayó por la fuerza del impacto.

Antonio retoma la palabra y recuerda: “Tomé a mis hijos y esposa y nos refugiamos en la parte de atrás, sólo escuchábamos fuertes detonaciones de armas de fuego, sin saber qué era lo que sucedía.

“Un helicóptero sobrevoló a baja altura en la zona por varios minutos hasta que la calma volvió. Me atreví a salir para ver qué había sucedido, pero me encontré con marinos que me obligaron a volver a meterme a mi hogar”, comenta.

Añade: “Cerca de las nueve de la mañana volví a salir y me percaté de que varias viviendas de vecinos presentaban impactos de bala en sus fachadas. Es un milagro que no sucedió ninguna desgracia humana”.

Al igual que Antonio, vecinos tanto de la calle Princesa Amalia como de la calle Mariano Azuela —donde se concentró el mayor enfrentamiento entre los marinos y un grupo armado—, no pudieron salir a sus trabajos, ni llevar a los niños a la escuela.

La escuela primaria que se ubica calles adelante, la Eduardo Caldera, tuvo que suspender clases, pues la Marina colocó un cerco de control durante casi seis horas para que los peritos en balística y forenses recolectaran todas las evidencias.

En la vivienda, marcada con el número 2898, de la calle Mariano Azuela, donde cayeron abatidos algunos de los delincuentes, los vecinos lavaron la sangre que corría en el suelo.

Se dio a conocer que sus propietarios no se encontraban en esos momentos, pues el señor trabaja como velador y la mujer tuvo que salió a ayudar a una hermana.

En la escena del crimen quedaron rifles AK-47 conocidos como Cuernos de Chivo y cientos de casquillos.

Más balaceras. Por la tarde, en un enfrentamiento entre grupos armados antagónicos que se originó a un costado de un aeródromo, en la sindicatura de Villa Juárez, en Navolato, cuatro personas murieron, entre ellas una mujer embarazada que fue alcanzada por una bala perdida.

La información que se conoce es que sobre la carretera conocida como “La 50”, hombres fuertemente armados que viajaban en más de una docena de camionetas se enfrentaron por varios minutos, por lo que se alertó a las fuerzas federales, las cuales se desplazaron a esa zona.

En un reporte recibido en la central de comunicación de C-4 se notificó que socorristas de la Cruz Roja prestaron ayuda a una mujer joven, embarazada, quien recibió una bala perdida. Informaron que falleció cuando le daban los primeros auxilios.

Los testimonios establecen que tras el enfrentamiento los cuerpos de dos hombres quedaron bajo una camioneta Ford Lobo color negro, la cual fue abandonada posteriormente.

Un tercer cuerpo quedó tirado debajo de otra unidad, también presentaba varios impactos de bala.

Vecinos de la zona aseguran que tras el enfrentamiento un grupo armado levantó a seis hombres y más adelante los asesinó. Señalan que los cuerpos se los llevaron sus compañeros antes de que llegaran a la zona las autoridades.

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