El subprocurador General de la República, Gilberto Higuera Bernal, dijo que como parte de la investigación de la muerte de 23 recién nacidos en el Hospital Regional de Culiacán del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 300 funcionarios de dicha institución han sido citados a declarar.
Señaló que se continúa con un trabajo profundo en estos casos, con personal calificado con peritos forenses, para llegar a la verdad del origen de sus fallecimientos.
En octubre de 2015, padres de familia de los recién nacidos que murieron en el área de Nonatos del hospital, presuntamente a causa de una bacteria identificada como Klebsiella, presentaron un total de 19 denuncias judiciales por negligencia médica.
Higuera Bernal, quien sostuvo en esta ciudad una reunión privada con los padres de familia, dijo que escuchó sus puntos de vista y planteamientos, en tanto que los padres estuvieron atentos a los datos que se conocen de los avances en las investigaciones.
El funcionario dio a conocer que en la actualidad se trabaja con el dictamen que emitió la Comisión Nacional de Arbitraje Médico y los expedientes clínicos de cada uno de los pacientes, puesto que es necesario llegar a una conclusión científica que acredite la causa de los fallecimientos.
El subprocurador General de la República comentó que se suscribió el convenio de celebrar en forma mensual una reunión en esta ciudad, a fin de conocer los avances que se tienen en estas indagatorias, para las que no están descartados nuevos citatorios a declaraciones.
Sin identificar por nombres o cargos, dio a conocer que a la fecha un total de 300 funcionarios del Hospital Regional del IMSS han rendido declaraciones, sin que ninguno de ellos esté separado de su cargo.
Teresa Guerra Ochoa, presidenta del Colectivo de Mujeres Sinaloenses y quien funge como asesora jurídica de los padres de familia, también estuvo en la reunión y al salir, explicó que de los 13 cuerpos sepultados, ocho fueron exhumados por peritos forenses de la Procuraduría General de la República hace un año.
Recordó que los padres que autorizaron la exhumación de los restos de sus pequeños hijos tuvieron que contratar peritos forenses externos para cotejar los dictámenes que se emitan sobre las posibles causas de las muertes de los bebés.
Guerra Ochoa recordó que las autoridades del Seguro Social sólo admitieron que tenían dos defunciones, por contaminación con la bacteria de Klebsiella, por lo que es necesario que las investigaciones lleguen a fondo en estos casos.
Francisco Cortez Mora, padre de uno de los recién nacidos, indicó que su hijo había nacido de forma prematura el 30 de agosto de 2015, con un peso de 1 kilo 790 gramos; no obstante, en el certificado de nacimiento que le expidieron, con folio 019100271, se asentó que presentó una talla de 0.45 centímetros. Días después, al igual que a otros padres, le expidieron un certificado de defunción cuya causa era choque séptico.
cfe