Para este año se espera que aumente el número de mexicanos deportados desde los Estados Unidos, alertó el obispo, Felipe Arizmendi Esquivel, quien dijo que sólo en el 2016, fueron 10 mil los chiapanecos expulsados.

En su homilía dominical Contra muros, solidaridad, el obispo dijo que pronto continuará la construcción de “otro gran tramo del muro” entre México y los Estados Unidos y esto provocará que los coyotes, aumenten el costo de su tarifa para traspasar el territorio mexicano a la nación del norte, pero no siempre “se logrará el objetivo”, de llegar al destino previsto.

Pero “si algunos logran pasar, siempre van a estar en el desamparo y en peligro de que los expulsen”, a su país de origen.

Arizmendi Esquivel consideró que la “pobreza y la violencia” empujan a los campesinos a emigrar a los Estados Unidos, “pero hay que medir los peligros y las posibilidades reales, no sólo de pasar la frontera, sino encontrar un trabajo seguro allá”.

Y “el riesgo de perder la vida y de ser expulsado, será mucho mayor”, expuso.

El obispo se vio optimista al decir que espera que las autoridades de los Estados Unidos, frenen legalmente, “los excesos racistas y los desplantes altaneros y despectivos de su actual presidente”, Donald Trump.

“Duele y preocupa mucho que esos desplantes son del agrado de muchos norteamericanos, que le aplauden frenéticos, porque son señal grave de los sentimientos anti-migrantes y egoístas que hay en su corazón”, dijo.


Agregó que los mexicanos son vistos en los Estados Unidos, “como enemigos a  vencer, como impedimentos para su propia seguridad y su desarrollo económico”.

Sin embargo, no todos los migrantes indocumentados son malas personas. La mayoría trabaja honradamente y aporta a la economía de ese país”.

Pero si Donald Trump quiere echar de su país a muchos “malos hombres”, por tener problemas con la justicia, o porque son criminales o drogadictos, no se da cuenta “que hay muchísimos norteamericanos que lo son también, y que si pasa mucha droga desde el sur hacia el norte, es porque allá la buscan, la pagan y la consumen. La culpa no es sólo del sur; es sobre todo de ellos”.

Sugirió controlar la venta de armas en los Estados Unidos, para que los habitantes “tengan más seguridad”, pero no quieren restringir la comercialización, porque “es no de los soportes fuertes de su economía”.

Arizmendi Esquivel aseguró que “si todos los recursos económicos que van a emplear para defender su frontera”, deberían invertirse mejor en generar empleos en los países e América que expulsan emigrantes hacia los Estados Unidos, con lo que disminuiría “drásticamente la migración indocumentada”.

Así como lo hace Canadá, los Estados Unidos, debería ampliar la cuota de los trabajadores temporales, documentados y esto cambiaría el panorama.


“¿Qué hacer ante las deportaciones crecientes y ante la mayor dificultad para ingresar a los Estados Unidos? Ante todo, que en nuestros países se generen mejores condiciones de vida, más empleo y más oportunidades de desarrollo”, expuso.

Por lo pronto, se debe apoyar al  campo mexicano, “para que nuestro potencial agrícola sea una fuente no sólo de sobrevivencia, sino de autosuficiencia. Aunque sea con limitaciones, pero se puede vivir dignamente en familia”.


cfe

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