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Nahuatzen.— Luego de que el gobierno del estado autorizó siete plazas para el sector salud e hizo entrega de una ambulancia, habitantes de la comunidad de Nahuatzen liberaron el tramo carretero Pátzcuaro-Paracho, el cual mantuvieron cerrado por más de 24 horas.
El pasado lunes, durante la protesta, los comuneros le prendieron fuego a cuatro camionetas repartidoras y retuvieron otras 40 más, con la advertencia de que continuarían con la quema de unidades hasta que les fuesen cumplidas sus demandas.
Ayer, cerca de las 13:00 horas, en una reunión entre integrantes del Consejo Comunitario de Nahuatzen y representantes del gobierno del estado se acordó autorizar siete nuevas plazas de personal de salud que serán ocupadas por profesionistas del municipio, mientras que el resto —dijeron— se analizará con los responsables de cada área.
Otra de las demandas de los comuneros era que se les asignara una ambulancia que atendiera emergencias en el municipio y ésta también les fue entregada la tarde de ayer.
Los acuerdos permitieron que los habitantes cedieran en sus acciones y no incendiaran más vehículos.
En un recorrido por la zona, EL UNIVERSAL corroboró que las unidades retenidas en el lugar eran cerca de 40; sin embargo, durante la madrugada de ayer 15 fueron liberadas, mientras que el resto fue entregado paulatinamente.
“Estamos de acuerdo en que por lo pronto se nos cumplan dos de las demandas, pero no quitamos el dedo del renglón para que se cubran todos los compromisos establecidos que se han hecho con nuestra comunidad”, dijo Antonio, un representante indígena.
Las carencias. Una de las exigencias de los habitantes de este municipio ubicado en la meseta purépecha es la conclusión de la obra, el equipamiento y la contratación de personal para el Centro de Salud de Nahuatzen.
El director de la clínica, Alonso Muñiz, acusó que por las carencias de equipo y falta de personal en el lugar “no se puede ni atender un parto”.
Durante un recorrido por el centro de salud, EL UNIVERSAL confirmó que las áreas de laboratorio, el cuarto de refrigeración para laboratorio y la sala de rayos X no están equipados. Asimismo, el departamento de Seguro Popular está vacío y sin personal.
En torno a la plantilla, Alonso Muñiz detalló que hacen falta seis enfermeras, cuatro médicos, tres personas de intendencia, tres laboratoristas, tres técnicos en rayos X, dos de mantenimiento, cuatro administradores, dos personas de seguridad y un odontólogo para fin de semana.
Además, dos sicólogos, dos nutriólogas, tres camilleros, una pedagoga, dos trabajadoras sociales y cinco especialistas (internista, cirujano, pediatra, anestesiólogo y un ginecólogo), para que la clínica pueda cubrir las demandas de las comunidades.
Explicó que en la clínica se atiende un promedio de 80 personas diarias y que la capacidad de atención, según el proyecto inicial, era para atender incluso urgencias.
“Ahorita sólo se pueden dar consultas primarias de salud, pero no podemos atender un parto, puesto que no tenemos un médico ginecólogo, un equipo de esterilización y material quirúrgico para atender una herida si se requiere”, expresó Alonso Muñiz.
Actualmente la plantilla de personal está conformada por nueve enfermeras y siete médicos, para un municipio de 28 mil 074 habitantes de acuerdo con el Censo Poblacional de 2015 del Inegi.