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El 21 de abril de 2016 en la ciudad de Monclova, se cometió un crimen que estremeció a la sociedad: la niña Diana Lizeth “N”, de 11 años de edad, fue asesinada en su casa con más de 30 puñaladas por su ex novio Javier, de 14 años, apodado “El Demonio”.
La pequeña quedó con el rostro desfigurado, su cuerpo desangrado y tirado en el piso, debido a que su victimario la golpeó con brutalidad y luego la mató. El cadáver de la niña fue descubierto por su madre cuando regresó de trabajar.
El entonces homicida fue detenido horas después por la Policía y fue procesado judicialmente por el delito de homicidio; este lunes en la audiencia de individualización, el juez lo declaró culpable, sin embargo, lo sentenció a “prisión” domiciliaria y además deberá terminar la primaria.
Javier fue imputado por el delito de homicidio simple doloso, según consta en la causa penal número 151/ 2016.
Debido a que el menor es adicto a las drogas, desde que fue arrestado se le recluyó en un centro de salud mental en Parras de la Fuente, donde estuvo estos últimos casi 10 meses, que se cumplían mañana 21 de febrero.
En la audiencia de individualización efectuada en el Centro de Justicia Penal de Frontera, ciudad que colinda con Monclova, el juez dictó la sentencia que consiste en cuatro medidas cautelares: vigilancia familiar por tres años, atención y asistencia en instituciones especializadas en el Centro de Prevención y Adicciones, acudir a atención educativa cuatro años para que termine la primaria y la prohibición de salir de su domicilio durante tres años.
En el fallo, el juzgador no precisó si Javier, que sólo cursó hasta segundo año de primaria, podrá salir de su casa para ir a la escuela a tomar clases o éstas le serán impartidas por maestros particulares.
Debido a que se trata de un menor de edad tampoco se le colocará ningún brazalete con localizador.
Blanca Delia, madre de la víctima, quedó inconforme con el veredicto que consta sólo de medidas cautelares y declaró a los medios que si un menor actúa como un adulto en la comisión de un delito, debe ser juzgado como tal y demandó a los diputados (locales y federales) reformar las leyes penales para castigar con severidad este tipo de crímenes.
Advirtió también que Javier es un peligro para los niños y adolescentes vecinos y compañeros de la escuela a donde, eventualmente, iría a estudiar.