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El diario El Mañana de Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Estados Unidos, dejó de circular el domingo y lunes pasados debido a las agresiones y amenazas contra sus empleados por parte del crimen organizado, dijo hoy a Efe una fuente del periódico.
El rotativo publicó el martes un pequeño anuncio en el que se refirió a la suspensión de su circulación durante dos días, pero no precisó los motivos.
Un portavoz del diario reveló que tres empleados responsables de la distribución de El Mañana fueron golpeados por hombres armados.
Además, dañaron un vehículo y amenazaron a empleados y distribuidores para que suspendieran la circulación del periódico, precisó la fuente bajo condición de anonimato.
La Red de Periodistas del Noreste pidió al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, el fin de "la impunidad que goza el crimen organizado para amenazar y agredir a diarios como El Mañana".
Los periodistas de los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas -este último donde se encuentra Nuevo Laredo- exigieron que los responsables de las agresiones "sean detenidos, llevados ante la justicia y castigados por sus crímenes".
Esta diario ha sufrido varios atentados y amenazas en el pasado. En marzo de 2004, su entonces director, Roberto Mora, fue asesinado sin que hasta la fecha el crimen haya sido aclarado.
El Mañana fue atacado en varias ocasiones con granadas y armas de fuego durante la guerra entre cárteles de la droga que azotó esta ciudad entre 2004 y 2006.
En esos años, los reporteros, editores y dueños del rotativo fueron amenazados y atacados. Por ello, sus periodistas fueron los primeros en el país en usar chalecos antibalas.
También impusieron la moda que años después retomaron muchos periódicos: eliminar los nombres del reportero de las notas para firmarlas como "Redacción".
Ante los continuos ataques y amenazas para que dejaran de publicar notas sobre la violencia, los directivos del periódico decidieron suspender la cobertura de los enfrentamientos y asesinatos provocados por las organizaciones criminales en disputa.
"Esta es una guerra enloquecida que no es de Nuevo Laredo ni de los medios, ni de El Mañana ni de la sociedad; sin embargo, todos padecemos las secuelas que produce la violencia. Vimos que la autoridad estaba rebasada por la delincuencia organizada y que no había garantías para los periodistas", señalaba el editorial que anunciaba entonces esa decisión para "autoprotegernos".
En esa época, otros diarios de los norteños estados de Nuevo León y Coahuila también fueron atacados por el crimen organizado cuando inició la disputa entre el Cártel del Golfo y los Zetas por el control del territorio.
msl