El ex gobernador aliancista de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía (2000-2006), retornó a la escena pública tras anunciar el resurgimiento del Movimiento de la Esperanza como alternativa hacia las elecciones de 2018, para revertir la actual situación económica y social del estado.
El ex mandatario precisó que su movimiento no es “un partido político ni sirve a ningún candidato en particular”, sino que resurge para empujar “hacia una rebelión ciudadana pacífica y organizada, a una auténtica revolución de la esperanza”.
A través de un video destacó que hoy no es tiempo de hablar de candidaturas, sino de empezar a construir “lo que merecemos”. Si hacemos esto “te lo firmo ya, será parte de una nueva fuerza política y moral en Chiapas”, enfatizó.
Pablo Salazar se refirió al lanzamiento de un gran esfuerzo colectivo para devolver a los chiapanecos lo último que cualquier gobierno puede quitar a su pueblo: “el derecho a la esperanza”.
Porque el gran objetivo de esta lucha que hoy reinicia, agregó, sigue siendo el mismo de entonces: “que el Chiapas que vea crecer a nuestros hijos sea mejor que el que nos vio nacer”.
Pablo Salazar, quien llegó a la gubernatura de Chiapas en 2000 impulsado por una alianza de partidos políticos, fue detenido y procesado en 2011 por el gobierno de su sucesor Juan Sabines Guerrero (2006-2012), por presunto peculado y enriquecimiento ilícito, entre otros delitos.
Al enmarcar su gestión, dijo que ésta heredo gobernabilidad, una administración moderna, finanzas ejemplares con cero deuda y una sociedad estable y entusiasta, pero en menos de seis años “nos llevaron a la bancarrota”.
“Ataron de manos al siguiente gobierno al punto que hoy la administración del gobernador Manuel Velasco Coello paga por concepto de intereses de la deuda heredada (por el gobierno de Sabines Guerrero) casi 4 millones de pesos diarios; al final de este gobierno se habrán erogado alrededor de 13 mil millones de pesos, que sólo habrán servido para pagar intereses, dinero tirado a la basura, ¡Es una locura!”, subrayó.
Salazar Mendiguchía enlistó algunos ejemplos de lo que con ese dinero se hubiera podido realizar el gobierno. “Se habrían podido construir siete puentes, como el Puente Chiapas, 12 aeropuertos como el internacional Ángel Albino Corzo, seis carreteras como la de Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal de las Casas o 20 hospitales como el de Ciudad Salud de Tapachula, o el Pediátrico de la capital de Chiapas”, sostuvo.
Y enfatizó que, en menos de seis años, “todo se revirtió: la ganancia se volvió pérdida; el avance, retroceso; el regocijo, frustración; la esperanza, desesperanza; el ánimo colectivo pasó del optimismo al enojo y éste se convirtió en rabia social”.
Los escándalos políticos, dijo, han agudizado la rabia colectiva y lo único que está provocando es mayor desesperanza. La idea de que todo está perdido que no hay remedio ni soluciones, que todos son iguales.
Ante esta situación, dijo hay otro camino como el del Movimiento de la Esperanza, y no permanecer indiferentes.
Cuando en las elecciones se decide no votar se permite que “esa minoría comprada imponga alcaldes corruptos, en los primeros seis meses ya no soportas o legisladores irresponsables, que con una mano firman una impagable deuda pública y con la otra levantan el dedo para apoyar lo que nos ofende”, puntualizó el ex gobernador chiapaneco.
afcl