Medía tres metros de largo, su piel era escamosa, comía plantas, y vivió hace 74 millones de años en el periodo Cretácico. Es un Ceratópsido, con cuernos en la cara, un nuevo género y especie de dinosaurio descubierto en el desierto de Coahuila el cual fue bautizado Yehuecauhceratops mudei en honor del Museo del Desierto (MUDE).
Héctor Rivera-Sylva, jefe del Departamento de Paleontología del MUDE, y autor del hallazgo, así lo anunció y destacó que el espécimen “es aportación de México al mundo”.
“Su descubrimiento es relevante porque contribuye a conocer un poco más de los dinosaurios que vivieron en el período Cretácico tardío en Norteamérica, el cual inició hace 140 millones de años y terminó hace 65 millones de años”, apuntó.
La acuñación del nombre de origen náhuatl–griego significa “antiguo cara con cuernos”. “Yehuecauh” (antiguo) seguido por la terminación griega ceratops (cara con cuernos) y se hizo con la colaboración del experto en esa lengua Christian Duverger.
El paleontólogo, de 38 años de edad, refirió que los primeros fragmentos de este ejemplar conocido comúnmente como dinosaurio con cuernos, son del 14 marzo de 2007 en el ejido La Salada del municipio de Ocampo, al noroeste de la entidad, durante una exploración de campo con el grupo de investigación: “Estaban a flor de tierra”.
Durante todo este tiempo, señaló, fue objeto de estudio hasta certificar que es un nuevo género y especie.
La diferencia entre Yehuecauhceratops y sus parientes más cercanos como el Diabloceratops y el Nasutoceratops es la gola, la cual tiene una elevación ventral en el cráneo y una protuberancia lateral, características únicas para este género.
“Por suerte” los apoyaron. Este descubrimiento fue posible gracias al apoyo del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (COECyT) y el MUDE, que financiaron los trabajos del equipo de paleontólogos.
Rivera-Sylva comentó que “por suerte” obtuvo fondos del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (COECyT) para dicha empresa que culminó con éxito y una aportación relevante para la ciencia mundial.
Los científicos requirieron de varias temporadas de campo para poder extraer los huesos que permitieron reconstruir el esqueleto en 60% de parte del cráneo, huesos del brazo, vértebras, cadera y fémur.
“Todo el material extraído en La Salada de Ocampo fue traído al Museo del Desierto, en Saltillo, para que lo estudiáramos”, añadió el maestro.
Meses después, en octubre de 2007, agregó, estos descubrimientos y el reporte de la nueva localidad los presentamos ante la comunidad científica en el Congreso de la Sociedad de Paleontología Vertebrada realizado en Dallas, Texas, Estados Unidos.
En marzo de 2010 el doctor Peter Dodson, especialista en ceratópsidos, visitó a Rivera-Sylva y cuando observó los fragmentos del ejemplar que había encontrado en la temporada 2007, le confirmó que se trataban de fósiles de ceratópsido.
De acuerdo al registro fósil, esta región de Coahuila hace 74 millones de años fue una planicie de inundación, con litorale y un clima tropical seco con hasta seis tipos de árboles.