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La Iglesia comprende el “enojo y la rabia” del pueblo mexicano que se siente defraudado y engañado, con la promesa de que con la reforma energética, los precios de la gasolina, gas y electricidad bajarían, pero “resulta lo contrario”, declaró el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.
Expuso que los partidos políticos que apoyaron la iniciativa, ahora la critican y hacen señalamientos en su contra, porque “no previeron las consecuencias”.
Por esto, “ya muchos mexicanos no confían en sus políticos”, aseguró el obispo Arizmendi Esquivel y pide que los errores que se cometieron con la aprobación de la reforma energética sirva de experiencia “para no dejarnos embaucar por quienes ofrecen revertir esos aumentos, ahora que están ya en campañas presidenciales, pues no todo lo que se promete es posible ponerlo en práctica”.
En su mensaje dominical, el obispo dice que comprende los gritos y las manifestaciones de los mexicanos, contra el “llamado gasolinazo”, porque “el pueblo ve cuánto se gasta en publicidad oficial, cuánto ganan los diputados, senadores, ministros de la Suprema Corte y otros servidores púbicos, cuánto se destina a propaganda de los partidos políticos y que luego se va la basura”.
Son justificables las protestas, por la molestia de los mexicanos ante “la impunidad en los robos al erario púbico”, que nada se puede hacer por impedirlo.
Entonces el pueblo “sólo le queda expresar su inconformidad y su rechazo en tantas manifestaciones públicas que hemos visto en estos días”.
“Comprendemos, sí, el enojo del pueblo. Es legítimo que se exprese, que salga a las calles y a las redes sociales. Apoyamos al pueblo pobre en sus manifestaciones”, dice.
Pero es necesario que el pueblo se organice en trabajos comunitarios, en alternativas políticas a los partidos, en ayudas solidarias, para que “no todo quede en desahogos viscerales”.
La Iglesia no apoya la “violencia destructora, los saqueos, el vandalismo, el atropello a los derechos de terceros, los bloqueos carreteros contra quienes nada deben y nada pueden hacer para revertir los aumentos” en los precios de los combustibles.
Porque dañar a los ciudadanos en su libre tránsito, “aumentan el daño que el gasolinazo está causando”.
Por su parte, el obispo de Tapachula, Leopoldo González, expuso que en su diócesis donde se registró el robo y destrucción a más de 70 comercios, se percibe “un ambiente de miedo que hace muchos años no se vivía”.
“Ya es demasiado la violencia y la injusticia que padecemos para producir más violencia e injusticia”, dijo el obispo de Tapachula, lugar, donde la Mariana,
Ejército y corporaciones policiacas detuvieron a 407 hombres, entre ellos 32 menores y 25 extranjeros.
Ante la ola de protestas en varias partes del país, pidió a los Poderes Legislativo y Ejecutivo, “a mirar desde abajo y no solamente desde arriba”, porque “no es correcto imponer leyes sin tomar en cuenta la realidad y el sentir que vive la gente, sobre todo los más desamparados”.
cfe