Una manifestación contra el “gasolinazo” que congregó entre 15 mil personas y 18 mil personas en la Gran Plaza de esta ciudad, terminó en violencia, con saldo de varios heridos y 48 personas detenidas, al tiempo que fueron destrozados los vitrales del Palacio de Gobierno en los que se representaba a personajes centrales de la historia de México.
Con gritos de enojo, la multitud responsabilizó al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón de haber mandado supuestos “reventadores” a frustrar el acto, considerado hasta uno de los más concurridos de los que hasta hoy se han realizado en el país contra el aumento en los combustibles.
Los manifestantes consideraron que los responsables de “reventar” la manifestación, fue un grupo de jóvenes que vestían camisetas negras y traían el rostro embozado con paliacates y llevaban una mochila en la espalda.
Al inicio del acto, dichos jóvenes se la pasaron exigiendo que se les permitiera hablar ante el micrófono, pues acusaban a los organizadores –principalmente Gilberto Lozano del Congreso Nacional Ciudadano, y a Pedro Rodríguez, de Ciudadano Empoderado-, de hacer el trabajo sucio a los partidos políticos, para atacar al gobernador Jaime Rodríguez Calderón, a fin de que no pueda llegar a la presidencia de la República.
Sólo separados de los organizadores de la manifestación, por un cerco de vallas metálicas donde estaban los representantes de la prensa, los embozados y otros jóvenes que traían la cara descubierta, pero se mantenían en la misma área, se la pasaron arengando contra los convocantes al acto de protesta, y cada vez que algún orador cuestionaba a Jaime Rodríguez, por “traicionar” al pueblo, al no respetar la eliminación de la tenencia, respondían a coro: “¡fuera Peña!”.
Asimismo, comentaban entre sí y trataban de convencer a otros asistentes, que Rodríguez Calderón nada tenía que ver con el gasolinazo, que no tenían por qué exigir la renuncia de 'El Bronco', sólo la de Peña y los diputados.
Llegó un momento en que algunos de esos jóvenes se brincaron la valla de protección y se subieron hasta el templete donde estaban los organizadores de la protesta, para tratar de tomar el micrófono, pero algunos encargados del orden designados por los colectivos, los obligaron a bajar.
Entonces empezaron a lanzar explosivos de pólvora de los denominados “palomas” -de los de mayor tamaño que se fabrican-, y uno de ellos le estalló cerca del rostro a Pedro Rodríguez líder de Ciudadano Empoderado, mientras resultaron lesionados por golpes y el estallido de otros artefactos del mismo tipo, los periodistas José Luis Marroquín y Joel Salazar, que laboran para medios locales.
Incluso se observó cuando un joven de unos 20 años que caminaba tranquilamente hacia la calle Zaragoza, desde el centro de la Explanada de la Gran Plaza, y al parecer sin relación con los actos vandálicos, fue derribado con un solo golpe propinado en la garganta, con el brazo extendido, por un individuo alto y corpulento que vestía una chamarra azul, el cual caminaba en sentido contrario. El agredido quedó convulsionándose en el suelo, mientras era auxiliado por otros asistentes.
A pesar de los fuertes estruendos de las “palomas”, la multitud no perdía la calma y gritaba a una sola voz, “no a la violencia, no a la violencia”, al tiempo que encaraban a los supuestos provocadores con el grito de “no son pueblo, no son pueblo”; pero éstos decidieron entonces tomar el templete, para lo cual retiraron violentamente la valla metálica que lo rodeaba, y forzaron a los organizadores a retirarse.
Mientras la mayoría de la gente decidía permanecer en la Gran Plaza, el mencionado grupo violento se abalanzó entonces con la intención de tomar el Palacio de Gobierno, que para entonces ya tenía cerrada la puerta principal.
Con las estructuras de acero de las vallas, entre varios golpeaban una y otra vez la puerta del edificio histórico, y otros utilizaban diversos objetos para destrozar los vitrales de la fachada del inmueble, que datan de 1905, y eran retratos de personajes centrales de la historia de México.
Durante cerca una hora que duró la actitud violenta del citado grupo, contra otros ciudadanos y causando daños a la sede del Ejecutivo estatal, no hubo intervención policiaca, no obstante que varias patrullas permanecían en las inmediaciones del inmueble y decenas de efectivos de Fuerza Civil estaban en el interior, incluso el secretario de Seguridad Pública, general Cuauhtémoc Antúnez.
En punto de las seis de la tarde la gente se concentró en la Gran Plaza, después de partir desde diversos puntos del área metropolitana en cuatro caravanas de vehículos y dos marchas. Pero fue hasta alrededor de las 19:30 horas que empezó a intervenir Fuerza Civil, realizando algunas detenciones, al tiempo que los uniformados enfrentaban la ira de la multitud que les gritaba “cobardes”, y acusaba al 'Bronco' de ser el responsable de los desmanes, por “mandar a los “reventadores”.
Durante la manifestación, al parecer el mismo grupo que destruyó los vitrales volcó tres unidades de los canales de Televisa, Televisión Azteca, y Multimedios, al acusarlos de “vendidos”. Desde la campaña el gobernador les imputa haberse aliado con el ex mandatario Rodrigo Medina, para tratar de imponer a la abanderada priísta, Ivonne Alvarez.
Incluso amenazaban con prenderle fuego a la unidad de Multimedios, pues aseguraban que al salir de la zona, había atropellado a dos menores. Sin embargo, Fuerza Civil impidió el acto de vandalismo.
Ya cuando se había retirado la mayoría de los manifestantes, muchos acompañados por sus pequeños hijos, hubo algunos enfrentamientos entre policías y presuntos anarquistas que habían participado durante la marcha de los usuarios del transporte, gritando consignas radicales, pero sin causar destrozos o incurrir en violencia. Había molestia entre los manifestantes porque, afirmaban, los preventivos no actuaron para contener a los violentos.
Llamó la atención que durante el recorrido del contingente que partió del Mercado Juárez hasta la Gran Plaza, la mayoría de los negocios habían cerrado, por temor a saqueos.
Fue alrededor de las nueve de la noche que se empezaron a registrar saqueos de negocios, al poniente de Monterrey, en la zona de San Bernabé más allá del Penal del Topo Chico, y en el área de La Alianza, al menos un tienda Coppel y una mueblería Famsa. Más tarde, hubo otro robo masivo en una tienda Famsa en el municipio de Apodaca.
Este tipo de incidentes no se recuerdan en las últimas cuatro décadas durante manifestaciones de protesta en Monterrey, pues a lo que más se había llegado era a pintar alguna consigna sobre los cristales, las paredes o las cortinas metálicas.
Por sedición y rebelión buscan imputar a detenidos durante disturbios
El gobierno de Nuevo León informó que son 48 los de detenidos por los hechos violentos registrados.
Asimismo, asentó que los detenidos, serían responsables de los delitos de sedición, rebelión, desorden público, daño en propiedad ajena y lesiones, “pudiendo además, si las averiguaciones así lo arrojan”, ser imputados por el delito de conspiración.
El vocero de seguridad y para casos de corrupción del gobierno estatal, Aldo Fasci Zuazua, señaló que los detenidos, incurrieron en daños a instalaciones federales, estatales y municipales lesiones a ciudadanos y periodistas, así como robos a comercios.
Fasci detalló que cuatro periodistas resultaron con lesiones que no ponen en riesgo su salud.
"Lamentamos mucho los hechos, los reprobamos como Gobierno, se actuará con todo el peso de la ley, se investigará a los responsables y se seguirá investigando”, expuso el vocero estatal.
Citó entre las instalaciones públicas dañadas al Palacio de Gobierno, al Palacio Municipal de Monterrey, y la delegación del Infonavit, todas en el área de la Gran Plaza.
Además, citó que hubo saqueos parciales en tres establecimientos comerciales, uno en Apodaca, y dos en Monterrey: uno en la zona sur y el otro al poniente de la ciudad.
Expresó que dentro del contingente de ciudadanos que manifestaban pacíficamente, se infiltró un grupo de personas que provocaron disturbios.
“Entre ellos hay gente que no es de aquí, que tienen acento del centro del país y que están siendo interrogados por el Ministerio Público. La provocación era muy evidente”, afirmó Fasci, quien precisó que los vitrales destruidos de la fachada principal del Palacio de Gobierno, datan de 1908.